Yanina Vargas fue la primera persona que llegó a la medicatura rural de San Miguel, un caserío a 30 minutos de Quíbor, en el municipio Jiménez. Presentaba vómitos, dolor de cabeza, fiebre y diarrea, al momento se pensó que era una mala digestión, pero a los minutos llegó Dayana Jiménez (50), Nelvire Jiménez (21) y Greidin Jiménez (15), todas con los mismos síntomas.
En la medida en que fue transcurriendo la noche del sábado más personas fueron ingresando pidiendo ayuda ante lo débil que se sentían después de varias horas de malestar. Tenían algún en común todos habían acudido a un matrimonio de una pareja cristiana en el sector La Fila de Agua Negra, a 40 minutos de San Miguel.
A las 9:00 de la mañana del domingo ya la medicatura rural tenía en su libro de ingresos 31 pacientes registrados; de los cuales 12 eran adolescentes y niños, provenientes de los caseríos Volcancito, San Isidro, Libertad, Fortuna, Palanque, Los Robles, Las Tablas y Manzanal, de este último sector llegó un adolescente de 12 años, quien a las 5:00 de la mañana despertó a sus padres porque se sentía mal, comenzó a vomitar blanco y verde lo que hizo que su madre se preocupara y decidieran llevarlo al centro de salud.
Entre lágrimas Mirtha Arangure, madre del joven, explicó que el Manzanal queda a 4 horas de donde está la medicatura, decidieron enviar al niño primero con el padre y después se fue ella en otro vehículo. Al llegar la noticia que recibió era que su hijo había fallecido por deshidratación.
Contó que el adolescente había ido junto con el hermano mayor de 20 años y el padre al matrimonio en La Fila el viernes, el sábado se fueron para Cubiro y estuvo tranquilo en todo momento. Sin embargo, el muchacho de 20 años comenzó a tener vómitos y fiebre, al igual que el esposo. Ninguno había buscado atención médica hasta que salieron con el adolescente.
A las 11:00 de la mañana la medicatura de San Miguel, en el que trabajan dos enfermeras y dos médicos, había superado su capacidad de atención. Las personas estaban aglomeradas en la sala de espera y en la parte de afuera junto a familiares, que ya se mostraban alarmados después de la muerte del niño de 12 años.
Comenzaron a ser enviados a otros centros de salud; para Buena Vista, el Hospital de Quibor y hasta el Antonio María Pineda de Barquisimeto. Las ambulancias bajaban llenas de pacientes que se iban hasta parados con tal de ser atendidos. A esa hora los ingresos ni siquiera eran anotados, ya que entraban y eran atendidos de inmediato, en su mayoría niños, pero no todos habían acudido al matrimonio.
Las encargadas de la medicatura notificaron a la dirección de salud de lo que estaba sucediendo y solicitaron ayuda con la dotación de yelcos, solución láctica de ringer, solución 09, scalp y suero oral.
Al mediodía los pacientes ya eran instalados en todas las áreas que tenía el pequeño centro de salud, incluso los acostaban en las habitaciones para niños.
“A mí me comenzó a dar un dolor de estomago en la noche y después ya no pude parar de vomitar”, dijo el niño Juan mientras esperaba sentado en una silla y tomaba un liquido que le habían dado las enfermeras. Junto a él estaban sus primitos menores de 10 años, quien tenía los mismos síntomas. Dijeron que en la fiesta sólo habían comido arroz con pollo y tomado jugo de durazno. Que todo sabía bien. Mientras la madre afirmaba que era primera vez que eso pasaba, para ella pudo haber sido el agua de la localidad porque no todos los pacientes que habían llegado estuvieron en el matrimonio.
Anfitriones también afectados
Al acudir a la casa donde fue la boda, en el sector La Fila, Jorge Luis Durán hermano del novio, dijo que él había tenido dolor en el cuerpo solamente pero 7 de su familia si estaban en cama con mucha fiebre y otros se habían ido para el hospital, pensando que se trataba de un virus. Hasta los recién casados que se habían ido a pasar la luna de miel en Sanare tuvieron que acudir ayer hasta el hospital del Tocuyo para ser atendidos.
Aseguró que toda la comida que se dio durante la fiesta, desde las 5:00 de la tarde hasta las 9:00 de la noche; el arroz con pollo, la ensalada de papa y zanahoria, los tequeños y la bebida instantánea, estaban en buenas condiciones. Allí no se consumió bebidas alcohólicas por ser cristianos.
Le impresionó la muerte del niño de 12 años, dijo que había invitado a su padre y la habían pasado bien en la celebración a la que acudieron 150 invitados. Jorge Luis desconoce que pudo haber causado tal enfermedad, pero recordó que desde hace cuatro días a dos niños por el sector lo habían tenido que llevar al hospital por presentar los mismos síntomas.