Un total de 450 caídas de tensión por racionamiento eléctrico se han producido en el mes de abril. Este registro se traduce en más de 1.200 horas sin servicio eléctrico en las estaciones de rebombeo de Hidrolara. Esta situación ha condicionado la declaración de “emergencia” en la distribución de agua potable en los nueve municipios del estado.
Así lo dio a conocer el ingeniero Pedro Sánchez, presidente (e) de la hidrológica regional, quien aseguró que está comprometida el suministro del vital líquido para más de un millón y medio de personas.
En primer lugar, expone que las consecuencias de Plan administrado de carga impulsado por la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) ha descompensado las redes de acueductos en los principales núcleos urbanos de la región. La principal razón es la intermitencia del servicio eléctrico y la continuidad de los cortes de luz fraccionados entre la mañana y la tarde.
A diferencia de la luz, la reactivación del servicio de agua potable debe pasar un proceso que contempla el protocolo de encendido de los motores de bombeo con intervalos de 30 minutos por equipo, luego la presurización de la aducción principal que suele tardar una hora y por último el llenado de las tuberías de distribución con un lapso de 5 a 24 horas según la ubicación geográfica de la comunidad. De presentarse otro corte eléctrico, se comienza de nuevo el mismo procedimiento.
Más preocupante aún, es la vulnerabilidad de la hidrológica para atender esta contingencia de gran magnitud, debido a que el 70% de los camiones cisternas se encuentran paralizadas por falta de repuestos en el mercado. Es decir, que de los 220 camiones adscritos al llenadero Jacinto Lara, sólo 40 están en circulación.
Asimismo, Sánchez recalcó que más de 200 motores se encuentran en peligro porque son sistemas acoplados para bombear agua sin interrupciones. Al ocurrir una caída de tensión, la vida útil de estos equipos se reduce progresivamente.
“La vulnerabilidad de los sistemas de abastecimiento es la energía eléctrica. Sin electricidad no podemos bombear agua hasta los hogares. También nos preocupa que en el 2015 se invirtiera más de 150 millones de bolívares en la reparación de motores y 50 millones en la compra de equipos nuevos. Esta cifra se puede duplicar este año si continúan las fallas eléctricas, puesto que los motores son de limitada existencia en el mercado y sumamente costosos”, indicó Sánchez.
Situación crítica en Palavecino
En el municipio Palavecino, un segundo sin electricidad en cualquier estación de bombeo de Hidrolara equivale al consumo diario de una familia promedio; es decir que si continúan los racionamientos de cuatro horas cada dos tandas (mañana y tarde), se verían afectadas más de 28.000 mil familias que dependen de los sistemas El Carabalí y El Recreo.
Analizarán nueva programación eléctrica
Al consultarle a Sánchez sobre la nueva programación de cuatro horas de racionamiento diarias anunciada por el ministro Luis Motta Domínguez, prevista a cumplirse desde hoy lunes, respondió que estarán analizando la efectividad del plan y adecuarán los equipos según la sectorización de Corpoelec.
“Están cumpliendo una de nuestras propuestas, referida a que sólo sacaran los sistemas por cuatro horas pero una vez al día. Sin embargo, estaremos analizando la efectividad de esta programación y adecuaremos nuevos horarios de distribución en todo el estado a fin de acoplarnos a la disponibilidad de energía.
En este panorama de crisis eléctrica, Hidrolara adecuará su programación con el Plan administrado de carga de Corpoelec, sin embargo depende de la efectividad del mismo para que pueda llegar el agua potable hacia los hogares larenses. A pesar la métrica negativa “de una hora sin electricidad son siete horas sin agua”, la hidrológica trabajará con empeño para lograr el objetivo de seguir abasteciendo el recurso indispensable para la vida.
