“Mamá bendición”, fue la expresión que uso José Alí Montilla Fuentes, de 24 años, cuando despertó y saludó a sus seres queridos.
El Coco, como es llamado de cariño, sufrió un accidente de tránsito, que lo mantuvo 94 días inconsciente. Su diagnóstico fue trauma craneoencefálico severo complicado, con edema cerebral y hemorragia subaracnoidea, trauma raquimedular cervical y traumatorax abdominal. La ciencia lo daba por muerto. El Coco no debería estar entre nosotros, pero la fe de su familia lo hizo regresar.
El 9 de junio del 2013, el joven salió de un concierto, se subió a un carro en el estacionamiento de un centro comercial en el este de la ciudad. Comenta que se durmió y despertó el 17 de septiembre del 2013 en San Juan de Los Morros, estado Guárico.
Montilla Fuentes estaba en un trance. No lograba escuchar alguna voz, estaba en un túnel del cual no podía salir, solo veía una luz al final. Nunca sintió miedo, pues estuvo acompañado de un hombre a quien no conocía, pero sentía que le resultaba familiar. Al regresar a la vida lo contó y la señora Flor Fuentes de Montilla le enseñó al menor de sus ocho hijos unas fotos de su abuelo, ya fallecido, y fue esa persona quien estuvo a su lado.
El Coco fue recibido con alegría, había reaccionado, pero el proceso aún no terminaba, pues el joven no caminaba, poco hablaba y no tenía movimiento en el brazo izquierdo. Los días y las noches fueron duras, pero Montilla Fuentes afianzó su fe en Dios y la Divina Pastora al ver la cantidad de personas que lo habían apoyado y por todo lo que había pasado su familia. Supo que sí podía vencer los obstáculos.
Una vez en Lara, comenzó su proceso de recuperación. Los especialistas que lo veían no lo podían creer: un joven que había estado 22 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) lleno de aparatos, 11 días en cuidados intermedios y que fue dado de alta como un vegetal, que no respondía, ya estaba con sus seres queridos, aferrado a la vida.
El Coco fue llevado hasta Santa Rosa. Al ver a la patrona de los larense, con ayuda se aferró al trono y tocó sus pies y con mucha devoción le pidió a la santa madre “que le apretara las tuercas”, pues él quería volver a caminar y hacer una vida normal. El transitar ha sido difícil pero lo ha logrado. Hoy día Montilla Fuentes es considerado un milagro. Durante la procesión 158 de la Divina Pastora fue llevado en sillas de rueda. En la visita 159 la esperó en ciertos tramos y en la 160 espera caminarla hasta donde ella le de fuerzas.
Realidad paralela
La señora Flor Fuentes de Montilla y Aristóbulo Montilla, padres de El Coco, contaban que para ellos y la familia la situación fue fuerte, no les daban esperanzas y aún así ellos todos los días, al salir de la clínica, terminaban en la iglesia. Ambos pensaban que Dios les había dado a ese último muchacho cuando tenían 46 y 57 años y no podía quitárselos. Sabían que no lo haría. Aunque para ellos y el resto de sus hermanos fue una prueba dura allí se mantuvieron. El accidente fue una situación que los unió más como familia y les tocó la fibra humana a todos.
Se dieron cuenta de la cantidad de bendiciones que tenían a su alrededor porque la colaboración de sus vecinos, seres queridos y familiares no se hizo esperar. Como grupo familiar confirman la FE y el gran Milagro de Dios donde la ciencia y los escépticos no pueden llegar.
Mención honorífica
José Alí Montilla Fuentes, en ese 2013, inscribió su carga académica para graduarse de licenciado en Relaciones Industriales, comenzaba a realizar su tesis cuando quedó detenida por su accidente.
Cuando tuvo noción de lo que pasaba y se sentía mejor del todo, decidió no abandonar sus estudios y realizó su tesis. El 7 de agosto del 2015 presentó su tesis y sacó 20 puntos, además obtuvo la mención honorífica. En mayo del 2016 recibirá su título.
Desde el 28 de mayo del 2014 se reintegró a trabajar y sigue dando el todo por el todo.
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