#ESPECIAL Cine Rialto: El patrimonio espera por recursos y voluntades políticas

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En la memoria de la mayoría de los barquisimetanos, mayores de 30 años, prevalecen los recuerdos de visitas al Cine Rialto, cuyas puertas permanecieron abiertas durante varios años a la par de la llegada a la ciudad de las multi-salas de cine en los centros comerciales modernos.

Ese espacio, querido por muchos, cerró al público a finales de 2013 y hoy lleva casi cuatro años en riesgo de desaparecer debido a la venta de los terrenos donde fue edificado, desconocida en principio por la municipalidad, y por las posibilidades de demolición anunciadas por los nuevos dueños.

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La noticia sobre lo sucedido con el terreno y la posible desaparición del sitio que fue calificado como patrimonio cultural, encendió las alarmas al sector cultural local y gracias a la movilización de diversos grupos se logró que el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) emitiera una orden de paralización, el 10 de febrero del 2014, en la cual se prohíbe intervenir la infraestructura. Desde esa ocasión se han generado debates sobre su futuro y aunque existen grandes ideas, a la fecha no hay nada concreto.

En diciembre de 2016, los vecinos de la zona e integrantes del Consejo Comunal Centro, alertaron sobre una acción de desmantelamiento llevada a cabo en el recinto. Ese nuevo capítulo en la historia reciente del Rialto concluyó con la devolución de los bienes, a finales de enero de 2017.

Como lo reseñó EL IMPULSO, al momento de la devolución de los bienes, Adriana Ciccaglione, periodista defensora de la cultura, explicó que “la Fiscalía Ambiental, donde reposa el caso acá en el estado Lara, actuó tras recibir las denuncias y el fiscal estableció comunicación directa tanto con los dueños como con la empresa que hizo el traslado, quienes solo fueron contratados para esa actividad… se logró el regreso de todos los objetos y muebles que se habían llevado de este patrimonio cultural”.

Lo sucedido abrió de nuevo el debate sobre el Cine Rialto, cuyo caso es conocido en la región, en el Ministerio de Cultura y en el IPC, entes que coinciden en la necesidad de preservarlo pero sin que se produzca una decisión firme sobre la forma de hacerlo.

A juicio de Ciccaglione existe respaldo y apoyo al patrimonio, “entendiendo que el IPC depende del Ministerio de Cultura y visitaron la sede cuando fue desmantelada, entonces hablamos de que existe un apoyo. Los ministros de Cultura están enterados del tema, al igual que el Gabinete de Cultura local que siempre nos escuchan. Lo que falta es la asignación de recursos para comprar de nuevo esos terrenos, así como voluntad para recuperar el espacio y activarlo”.

Ícono de la ciudad

Ramón Méndez, integrante de la Red de Cine del estado Lara, asegura que el Cine Rialto es un ícono de la ciudad.

“Muchos barquisimetanos, de unos 30 años de edad en adelante, dicen tener recuerdos del cine. Es un espacio que sobrevivió, porque pese a la apertura de las multi-salas de cine en conocidos centros comerciales de la región, seguía dando la batalla al transformarse y adaptarse a la contemporaneidad, al punto de que se convirtió también en una multi-sala pero de corte independiente”.

Es patrimonio porque su fachada es propia del estilo arquitectónico Art- Deco.

“En Barquisimeto hay muy pocas infraestructuras inspiradas en ese movimiento arquitectónico, entre ellas la Farmacia Miranda, el Mercado Altagracia y el Mercado Bella Vista. Por esta condición, la fachada y todos los espacios del Rialto deben ser preservados”.

Pero, más allá de la fachada, según Méndez, “antes de que se convirtiese en una multi-sala el Rialto era concebido como el espacio cultural de mayor aforo, con capacidad para 1.000 personas… tenía 2 pisos, el patio y el balcón, por ello allí se pudo presenciar espectáculos importantes, aparte de las funciones de cine”.

Taormina Guevara, recordó, presentaba las funciones de fin de año en el Cine Rialto, “porque también funcionó como teatro durante muchos años. También se presentaron las películas de Jorge Negrete, por ejemplo, quien incluso visitó la ciudad y acudió al cine.

Nuestro pionero del cine, Amábilis Cordero, también proyectó sus películas en ese espacio, en sus inicios, cuando se llamaba Cine Libertador. Se cree que fue el segundo espacio donde se proyectó la ópera prima de Cordero, Los Milagros de la Divina Pastora”.
Esos hechos históricos y culturales le dan mayor valor al espacio.

Doce años protegido

El Cine Rialto fue incluido en los catálogos patrimoniales elaborados por el Ministerio de Cultura en el año de 2004, por orden del presidente Hugo Chávez y bajo la supervisión del ministro Francisco Farruco. “Ese trabajo se elaboró en cada municipio del país y tras el levantamiento de la información, que se produjo durante todo ese año, se procedió a la publicación de los catálogos”, recordó Ciccaglione, “eso se hizo de inmediato porque había voluntad y recursos económicos para hacerlo”.

Al año siguiente, en 2005, se publicó en Gaceta Oficial un decreto en el que todos los espacios incluidos en esos catálogos patrimoniales se declararon patrimonio cultural; “entre esos sitios se encontraba el Cine Rialto, de allí que ese espacio local goza de la medida de protección especial desde hace 12 años”.

Centro cultural

Según Méndez, el futuro del Cine Rialto se ha discutido en innumerables ocasiones y la conclusión es que debe mantenerse como un espacio cultural. “Lo ideal es que sea un centro cultural en el que puedan convivir algunos espacios comerciales como un café o biblioteca, a la par de mantener las presentaciones culturales. Se había estimado también la posibilidad de convertirlo en un teatro municipal, que hace falta”.

Al respecto, explicó que si bien existe el Teatro Juares, este es un espacio regional y manejado por las instancias estatales. “Pero, el municipio capital no cuenta con un espacio propio de este tipo, como sí existe en otras jurisdicciones como Valencia, Caracas, Maracay. Además es necesario diversificar la oferta de espacios para presentar espacios públicos”.

A todo esto se suma, que los habitantes del centro de la ciudad, del sector El Manteco y La Estación, entre otras zonas aledañas, conciben al Cine Rialto como epicentro cultural y de entretenimiento. “Hasta el año que dejó de funcionar, los miembros de esas comunidades aseguran que seguían asistiendo al cine, que además era una opción más económica. Por eso, la meta es que siga siendo un centro de acción cultural en el que se promuevan todas las artes escénicas, de ser posible”.

Méndez, quien también trabaja en el Instituto Municipal de Cultura (IMCA), se atrevió a soñar con la posibilidad de que algún día el Rialto albergue la colección “Memorabilia” de Amábilis Cordero, “que hoy se encuentra en la Biblioteca Nacional y que es un patrimonio de todos los barquisimetanos y larenses”.

Historia

En la web varias páginas hacen referencia a la historia del Cine Rialto de Barquisimeto, ubicado en la calle 29 entre carreras 20 y 21.

Describen que “fue fundado en 1929 bajo el nombre Cine Libertador, su primer dueño fue Santiago Mariño o Murillo y estaba administrado bajo la empresa valenciana Cine Mundial”.
En 1931 fue arrasado por un incendio de causas desconocidas, “más tarde su fachada es reconstruida y pasa a convertirse en una Escuela de Artes y oficios, Escuela de Música y el Instituto de Enseñanzas Especiales”.

El edificio fue reacondicionado en 1943 y volvió a funcionar como sala de cine bajo el nombre de “Teatro Rialto”, con Gustavo Murillo como nuevo dueño. Dicen que su primera función bajo el nombre de Rialto fue la adaptación mexicana de Doña Bárbara (película de 1943) de Fernando de Fuentes.

“Desde los años 60 hasta el 2013 mantuvo como dueños a la familia Fernández, primero a manos de Manuel Fernández (que fue dueño de otros cines de Barquisimeto como el Cine Florida y el Cine Altagracia), luego a su hijo Luis Manuel Fernández.

Fue remodelado dos veces con la llegada de los “multicines” y aún así logró mantener su fachada original, la primera vez en 1999 adicionándosele dos salas y nuevamente otras dos en el 2007, llegando a tener un total de 5 salas. Durante este periodo cambió de nombre a Multicine Rialto”.

Los hechos

Lo sucedido con el Cine Rialto ha sido contado en estas páginas en varias oportunidades. La información está disponible en nuestro Centro Interno de Documentación, de lo reseñado vale resaltar algunos puntos:

-A principios de 2014 se conoció que el cine “fue cedido a inversionistas extranjeros en una negociación marcada por las irregularidades. La venta del inmueble no fue consultada a la Alcaldía de Iribarren o el Consejo Comunal del Centro, trámites obligatorios por tratarse de un Bien de Interés Cultural de la Nación”.

-En noviembre de 2013 se efectuó el traspaso por un monto que supera los diez millones de bolívares. Las instancias municipales conocieron de la venta tres meses después.

-La Red de Cine y el Consejo Comunal del Centro alertaron sobre el peligro mediante protestas, manifiestos y campañas en defensa del recinto. Emitieron un comunicado en el que expresaron: “Cuando las paredes de un emblema como el Cine Rialto caen, también lo hace la historia”.

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