Dos años y medio sin psiquiatra tiene el Hospital Psiquiátrico El Pampero. El centro asistencial también sufre las consecuencias de la escasez de alimentos y medicinas, específicamente psicotrópicos.
Esta institución que atiende a 75 pacientes, un buen porcentaje de la tercera edad, sigue a la espera de pañales, la situación es fuerte, expresó el doctor Wilfredo Mendoza, director del recinto.
Mendoza aclaró que luego de varias informaciones que circularon por algunos medios de comunicación, que ningún paciente se ha muerto de hambre, aunque reconoció que los internos han bajado de peso, consecuencia del desabastecimientos de productos de primera necesidad, como la leche en polvo.
Explicó que los pacientes reciben un “constante bombardeo de medicamentos” y ante la escasez de ciertos alimentos, se debilitan.
El especialista en Higiene Mental Infanto-Juvenil, con un año en El Pampero, expuso que cuando se descompensa un paciente se traslada a la Unidad Psiquiátrica de Agudos del Hospital Luis Gómez López.
Por ahora, el Psiquiátrico dispone de médicos internistas, medicina familiar, médicos generales, personal de enfermería y cuatro psicólogos.
“Estamos haciendo lo que podemos. Les brindamos la atención necesaria a los pacientes pero no podemos ocultar que no hay casi psicotrópicos. No estamos tan grave pero sí hay deficiencias, eso es innegable”.
Actualmente, no tienen el neuroléptico fenotiazínico denominado Sinogan.
Mendoza, quien ocupó el cargo de coordinador regional de Salud Mental recordó que en el pasado, antes de esta crisis, se podía apoyar a otras instituciones con ciertos medicamentos, ahora eso no es posible. Lamentablemente, los insumos que reciben sólo pueden ser para El Pampero.
“Solo tenemos para nosotros, tuvimos que cerrar las puertas ante la escasez de medicinas. Nos sostenemos por los enlaces con la Coordinación de Salud Mental y lo que ocasionalmente nos llega del Ministerio para la Salud. Si algo nos sobra o tenemos un medicamento con una salida muy baja hacemos trueques con otras instituciones o los donamos”.
Deficiencias
Los pacientes comen tres veces al día, aseguró el director. Una cooperativa les provee los alimentos. Hacen proezas porque el otro día compraron un bulto de harina en más de 10 mil bolívares. Cuando llega el camión les reportan lo que falta. Con la leche completa hay deficiencias. De allí las fallas de peso. La mayoría de pacientes son de la tercera edad y no tienen familiares, reiteró.
¿Y los psiquiatras?
Mendoza sostiene que el área de psiquiatría es muy poca. Lara es el estado que más tiene: 24 psiquiatras. Dentro de un año, por las jubilaciones, quedarán solo 9 de esos especialistas en la región.
“Ya nos hemos valido de diferentes mecanismos para traernos un psiquiatra y ha sido imposible. Aquí hay cuatro cargos disponibles pero psiquiatras no hay”.
Casos
En El Pampero hay pacientes con esquizofrenia, psicosis, retardo mental, epilepsia, maniacodepresivos, entre otros.
Otros problemas
Así como la escasez, la inseguridad también mantiene en zozobra al personal. Recientemente el director, cuando se dirigía al psiquiátrico, fue amenazado con una escopeta para robarle el celular. Les robaron hace poco un aire acondicionado y el personal debe salir en grupo para no ser víctima del hampa.
Por otro lado, los apagones se presentan en la institución todos los jueves en la mañana. El resto de los días suele ocurrir en la madrugada y la institución queda en tinieblas.
