Durante la mañana de ayer los trabajadores de la unidad de diálisis del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda se encontraron con una sorpresa al abrir las puertas del servicio y percibir un desagradable olor.
Las aguas servidas provenientes de pisos superiores desembocaron en el techo de lo que actualmente funciona como el servicio de nefrología, situación que trajo como consecuencia que los pacientes renales no pudieran obtener su tratamiento.
No es la primera vez que sucede tal hecho, según lo afirmó la fuente que no quiso ser identificada, trayendo como consecuencia que el servicio deba ser suspendido y quienes se vean más afectados sean los pacientes, quienes cuentan con días programados para realizarse la diálisis. Asimismo, cajas de materiales necesarios para tal trabajo debieron ser desechadas debido a que se contaminaron con el agua sucia.
El verdadero servicio de nefrología se encuentra sin funcionar desde hace nueve años por supuestas remodelaciones. La fuente aseguró que no se han dado razones para no entregar el área que se supone debe contar con las condiciones adecuadas para manipular sangre, pues en la que actualmente laboran no se tienen tales parámetros, pues ni los aires acondicionados funcionan, lo que provoca una mayor proliferación de bacterias y por lo tanto, riesgo de contaminación y de infección.
Pacientes sin respuestas
Los afectados se dirigieron a hablar con el director del Hospital Central, Francisco Rojas, quien si bien los atendió fue poco lo que solucionó.
Aseguraron que Rojas señaló que lo que sucedía era que los médicos no querían laborar, y por lo tanto no se estaban realizando las diálisis. “El director se lavó las manos, dijo que era culpa de los médicos, que él ya había hecho su trabajo y se fue”, afirmaron los pacientes renales quienes decidieron alzar sus voces.
“Es un peligro estar ahí, no hay aire acondicionado y por lo mismo siempre se nos baja la tensión, las condiciones no son las adecuadas”, expresó José Colmenares quien afirmó tener días sin recibir su tratamiento y lo mucho que eso los perjudica, resaltando que de continuar así el siguiente paso sería tener que estar hospitalizados.
Hicieron un llamado al gobernador Henri Falcón, pues durante meses les ha prometido que abrirán nuevamente la unidad destinada a diálisis y no ha cumplido. Asimismo agradecen la ayuda que cualquier ente pueda brindar.