Expresidentes latinoamericanos pidieron este miércoles en Madrid la liberación del opositor venezolano Leopoldo López y propusieron trasladarse a Venezuela para llevar a cabo una misión de observación de las elecciones legislativas de diciembre en este país.
«El fiscal de este caso injusto ya ha reconocido que fue falso el caso, que no tiene pruebas contra Leopoldo, que lo presionó el gobierno», dijo el expresidente de México, Felipe Calderón, en rueda de prensa.
El exmandatario, acompañado de otros antiguos presidentes latinoamericanos como el conservador boliviano Jorge Quiroga (2001-2002), el colombiano Andrés Pastrana (centro derecha, 1998-2002), el socialista chileno Ricardo Lagos (2000-2006) o la social demócrata costarricense Laura Chinchilla (2010-2014), se refería a recientes declaraciones del fiscal Franklin Nieves en Estados Unidos, donde viajó la semana pasada aduciendo presiones del gobierno y sus jefes.
En una entrevista con CNN aseguró que fue presionado para usar pruebas falsas contra López.
«La petición es clara y unánime liberen a Leopoldo López y a todos los demás venezolanos» presos, añadió Calderón, al margen de unas jornadas sobre sobre «extremismo violento», organizadas por el Club de Madrid, al que pertenecen los exmandatarios y que se dedica a la promoción de la democracia en el mundo.
Los expresidentes estuvieron acompañados por Leopoldo López, padre del opositor preso, quien agradeció «el respaldo que estamos recibiendo hoy los venezolanos» y calificó de «absurdo» que se diga que la su familia habría sobornado al fiscal Nieves.
López fustiguó la «indolencia» de los gobiernos latinoamericanos con el régimen de Nicolás Maduro, lo mismo que hizo el peruano Alejandro Toledo al afirmar que «el silencio de los exmandatarios y de los mandatarios en ejercicio serán juzgados por la historia como cómplices de un régimen autoritario populista».
Felipe Calderón apeló a los «gobiernos democráticos del mundo» a que, tras las declaraciones del fiscal Nieves, «rompan el estruendoso silencio sobre Venezuela».
Todos los exmandatarios volvieron a reiterar a la necesidad de observadores internacionales imparciales en las elecciones generales del 6 de diciembre en Venezuela.
Quiroga quiso «ratificar el pedido de observación electoral» recordando que Caracas rechazó la observación de la Organización de Estados Americanos (OEA).
«Si no existen esas garantías de una fiscalización objetiva, independiente para poder monitorear lo que va a acontecer, es muy difícil generar unas condiciones que permitan considerar estas elecciones como unas elecciones que vayan a arrojar un resultado que exprese con fidelidad la voluntad popular del pueblo de Venezuela», consideró Chinchilla.
«Yo quisiera proponer que 20 o 30 expresidentes de América Latina pudiésemos ir dos semanas antes de las elecciones para constatar la calidad de la democracia en Venezuela», insistió Toledo.
Los exmandatarios, como ya hicieron recientemente en un comunicado, reiteraron su petición de que Venezuela no sea reelegidad en el seno del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que este miércoles tiene previsto renovar cargos, salvo que haya un cambio de actitud por parte del régimen de Maduro.
«No puede un gobierno autoritario populista ser miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas», dijo Toledo.
Venezuela aspira a renovar su plaza en competencia con Ecuador, Panamá y Bahamas. Tres de estos cuatro países representarán a Latinoamérica y el Caribe durante tres años en el Consejo.
«El hecho de que Venezuela viole abiertamente sus obligaciones jurídicas internacionales de derechos humanos más elementales es incompatible con el ingreso en el Consejo de Derechos Humanos», salvo que cambie de actitud, habían afirmado los expresidentes iberoamericanos del Club de Madrid el pasado 19 de octubre en un comunicado.
Los expresidentes latinoamericanos insistieron este miércoles en denunciar el declive político y económico de Venezuela, recordando que la solución a la situación del país sudamericano pasa por el diálogo.
«La solución debe ser democrática y mediante un diálogo. Hay una oportunidad que son las elecciones del 6 de diciembre», concluyó el expresidente chileno Ricardo Lagos.