Abordando las amenazas del calentamiento planetario y la violencia de los extremistas, el grupo más grande de líderes mundiales arrancó este lunes dos semanas de negociaciones de alto nivel a las afueras de París, con la idea de lograr un ambicioso acuerdo para reducir las emisiones y poder mostrar a los terroristas lo que las naciones pueden lograr cuando están unidas.
En encuentro de 151 cabezas de Estado y de gobierno llega en un momento sombrío para Francia, donde hace dos semanas extremistas vinculados al grupo Estado Islámico mataron a 130 personas en varios atentados alrededor de París. Los temores de más ataques elevaron las medidas de seguridad al máximo y se prohibieron las manifestaciones de los activistas ecológicos, amenazando con eclipsar las preocupaciones de largo plazo por el aumento en el nivel de los mares y climas cada vez más extremos debido al calentamiento planetario propiciado por el hombre.
«El reto de un encuentro internacional nunca ha sido tan grande porque se trata del futuro del planeta, el futuro de la vida», declaró el presidente francés Francois Hollande después de guardar un momento de silencio en memoria de las víctimas de ataques en Francia, Líbano, Irak, Túnez y Mali.
«Hay dos enormes retos mundiales que debemos enfrentar», señaló el mandatario galo al exhortar a los líderes a crear un mundo libre de destrucción ambiental y de violencia extremista.
Camino a la conferencia del clima, muchos de los líderes presentaron sus respetos ante sitios vinculados a los ataques. El presidente Barack Obama colocó una flor afuera del centro de conciertos donde decenas murieron e inclinó su cabeza en silencio.
«Estamos con París», dijo por su parte Christiana Figueres, jefa de la agencia de cambio climático de la ONU, en las negociaciones cerca del aeródromo Le Bourget, al norte de París. «Hoy más que nunca, la ciudad luz es un rayo de esperanza para el mundo».
El domingo miles de personas en todo el mundo marcharon para pedir a los líderes lograr cambios reales en las negociaciones. En París hubo un episodio de violencia al terminar una manifestación y cientos fueron detenidos.
«El futuro de las personas del mundo, el futuro de nuestro planeta, está en sus manos», dijo por su parte el secretario general de la ONU Ban Ki-moon a los negociadores. «No podemos darnos el lujo de la indecisión, las medidas a medias o los enfoques graduales. Nuestra meta debe ser una transformación».
La conferencia tiene como objetivo alcanzar el mayor acuerdo climático que se ha logrado. El último pacto importante, el Protocolo de Kioto de 1997, pedía que sólo los países ricos redujeran las emisiones contaminantes y Estados Unidos nunca lo ratificó.
Uno de los puntos conflictivos es el dinero: cuánto deben invertir los países ricos para ayudar a los pobres a lidiar con el cambio climático, cuánto destinar a energías renovables y cuánto deben soportar los productores tradicionales de gas y petróleo si los países acuerdan reducir las emisiones para siempre.
Con eso en mente, al menos 19 gobiernos y 28 importantes inversionistas planean anunciar inversiones millonarias para desarrollar tecnología limpia con la idea de volverla más barata.
Algunos que respaldan la iniciativa son el presidente Obama, el cofundador de Microsoft Bill Gates, el fundador de Facebook Mark Zuckerberg, el multimillonario George Soros, el príncipe saudita Alaweed bin Talal, y el magnate chino Jack Ma, fundador de la empresa Alibaba.
Bajo esta iniciativa, 19 países se comprometen a duplicar su gasto en energía de baja o nula emisión de carbono en los próximos cinco años. Gates, el «arquitecto intelectual» del esfuerzo, prometió mil millones de su propio dinero, dijo el secretario estadounidense de Energía, Ernest Moniz.
El compromiso se anunció en la sesión inaugural de la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21) que comenzó el lunes en las afueras de París. Entre las aportaciones destacan 53 millones de dólares de Alemania, 51 de Estados Unidos y otros 45 millones de dólares de Gran Bretaña.
El dinero se depositará en un fondo para los países menos desarrollados que estará gestionado por Global Environment Facility, un ente que financia proyectos medioambientales en todo el mundo. Entre los contribuidores están también Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Suecia y Suiza.
La cumbre terminará el 11 de diciembre.