Temerosos de que Donald Trump obtenga la candidatura republicana a la presidencia, líderes conservadores se reunieron en privado en Washington el jueves en busca de un plan para frenar al empresario multimillonario.
Sus rivales del partido se preparan para otra victoria de Trump la próxima semana, esta vez en Arizona, un estado que otorga muchos delegados.
El Partido Republicano cuenta con una entusiasta alternativa en el senador Ted Cruz de Texas, pero algunos líderes del partido exploran «otras avenidas» en lugar de respaldar al acalorado conservador, una señal de mal agüero de que el profundo desagrado que los líderes republicanos sienten por Cruz complica sus abrumadoras preocupaciones respecto a Trump.
Incluso después de haber sido derrotado en cinco contiendas el martes, Cruz insiste en que aún cuenta con un camino que le permitirá obtener los 1.237 delegados necesarios para obtener la nominación republicana a la presidencia. Pero en un memorándum de estrategia obtenido por The Associated Press, su campaña prácticamente cede las primarias del 22 de marzo en Arizona a Trump y reconoce que Cruz debe ganar 79% del resto de los delegados antes de la convención nacional del Partido Republicano en julio.
Entre los organizadores de la reunión se encontraban el comentarista conservador Erick Erickson y el líder conservador cristiano Bob Fischer. La meta, como señalaba la invitación, era «crear una estrategia sobre cómo derrotar a Donald Trump para la nominación republicana, y si él se convierte en el candidato republicano a la presidencia, ofrecer a un verdadero candidato conservador en la elección general».
El grupo emitió un comunicado, luego de pasar aproximadamente cuatro horas a puertas cerradas, en que hacía un llamado a un candidato «de unidad que aglutine al Partido Republicano».
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