Este jueves, los jóvenes que han venido realizando manifestaciones de protesta a la proyectada Asamblea Nacional Constituyente en la avenida Libertador, inmediaciones de la urbanización Sucre, salieron muy temprano a reiniciar sus actividades.
En la avenida, frente a los edificios del complejo habitacional, así como en calles transversales, reactivaron algunas de las barricadas que habían sido desmanteladas recientemente, durante los operativos llevados a cabo por la alcaldía de Iribarren.
Ramas de árboles eran los principales obstáculos colocados frente a los edificios, debajo de la pasarela para peatones.
En la carrera 33 no había paso hacia la calle 37, donde, como todos los jueves, se lleva a cabo un mercado itinerante, en esta oportunidad no tan concurrido como en días anteriores, supuestamernte debido al temor de los compradores de que se pudiesen registrar enfrentamientos entre los manifestantes y uniformados de la Guardia Nacional o Policía Nacional Bolivariana.
Afortunadamente, hasta avanzada la tarde eso no había ocurrido, aún cuando en el curso de la mañana, esporádicamente, pudieron verse motorizados de la GN recorriendo la zona, pero sin intervenir.
Aunque el grupo no era numeroso, con los obstáculos que colocaron en las vías lograban llamar la atención de los conductores y sus pasajeros, algunos de los cuales se quejaban por los desvíos a los que se veían obligados para poder continuar hadia sus destinos.
Los más afectados eran los conductores de las busetas que cubren rutas por la avenida Libertador, quienes debían desviarse hacia la carrera 4 de la Zona Industrial, detrás del centro comercial El Recreo.
Igualmente, particulares que cruzaban la ciudad por la avenid, debido a una protesta con cierre que se llevaba a cabo en la Circunvalación Norte, debían buscar rutas alternas para seguir hacia la salida de la ciudad.
Esto, como es natural, trajo como consecuencia congestionamientos en algunas arterias viales de la zona norte.
Mientras tanto, las familias residentes en los bloques de “la Sucre”, permanecían a la espectativa, pendientes de que reaparecieran los hechos de violencia que les alteraron sus modus vivendis hace algunos días cuando algunos de los apartamentos fueron allanados o inundados con gases lacrimógenos.
Sin embargo, salvo el cierre de la Libertador y algunas transversales, todo era normalidad y paz hasta la tarde.