Este miércoles fue destituida de su carago como presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, después que el senado de ese país sometiera a votación esta decisión. El proceso fue aprobado por 61 votos a favor por 20 en contra.
Rousseff, en el poder desde el 1 de enero de 2011, fue suspendida en mayo de este año para ser juzgada por maquillaje de las cuentas públicas para asegurar su reelección en 2014 y continuar con esa práctica al año siguiente.
El Senado votará aún si inhabilita a la mandataria para ejercer cargos públicos por un periodo de ocho años.
Temer (PMDB, de centro-derecha), que ya fungía como mandatario interino, prestará juramento ante el Parlamento antes de viajar a China, para la cumbre del G20 el fin de semana, donde pretende participar ya con el título oficial de presidente.
Completará el período hasta 2018.
Rousseff es la segunda presidenta destituida desde el regreso de la democracia a Brasil en 1985. Fernando Collor de Mello, hoy senador y a favor del impeachment de Rousseff, fue sometido a juicio político, pero renunció antes de que finalizara.
La destitución pone punto final de una sangría política que desde hace nueve meses mantiene en vilo a la mayor economía de América Latina, en ruta a su peor pérdida de riqueza en 80 años y que tiene a los principales partidos embarrados en causas de corrupción.