“El periodismo en Venezuela se ha hecho más riesgoso y difícil”

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En estos tiempos tan críticos, tan complejos, que nos está tocando vivir, el periodismo se ha visto en la necesidad de volverse cada vez más acucioso, más indagador de lo que  realmente sucede y, además, muy creativo frente a los hechos.

Así lo aprecia el profesor Marcelino Bisbal, exdirector de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, Premio Nacional de Periodismo 1979 (Mención Investigación), director de la revista Comunicación  e investigador de la Universidad Católica Andrés Bello.

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El problema surge en que los espacios para transmitir, publicar, difundir, han ido disminuyendo, porque  importantes medios impresos han sido vendidos a empresarios, cuyas identidades no conocemos y, por otra parte, las presiones ejercidas por el Gobierno  a los diarios que reflejan la cruda realidad son cada vez mayores:  se les niega el papel y no pueden como ocurría anteriormente obtener sus propios  insumos, sino que deben adquirirlos a través del monopolio que tiene la Corporación Maneiro, observa. Decenas de periódicos han cerrado por esa circunstancia.

De ahí que una buena parte del buen periodismo que hoy se está haciendo se lleva a cabo a través de los portales digitales, con la dificultad de que ese periodismo no alcanza a todos los sectores sociales porque es un medio realmente muy privilegiado al que sólo acceden ciertos sectores sociales.

Siendo esta una salida obligada por las circunstancias que está viviendo el país y que no ha sido un proceso de evolución natural, el Gobierno también está ejerciendo espionaje y presiones para intentar poder controlar este tipo de periodismo que se exterioriza en el  mundo de las computadoras, teléfonos inteligentes,  tablas.

De ese mundo de los llamados nuevos medios,  que tiene que ver con Internet y las redes sociales,  se está haciendo un buen periodismo de resistencia, de investigación, muy creativo.

-¿La Corporación Maneiro fue creada, como lo indican los hechos, para ejercer presión sobre medios independientes?

-El presidente Maduro recibe unas bases que les dejó instituidas el difunto Presidente. A partir de allí, Maduro comenzó a  ejercer mecanismos de censura, de control, que genera miedo y autocensura en muchos medios y en muchos periodistas.

Uno de esos mecanismos es hoy cómo  las divisas para las compras del papel y de insumos para la impresión  el Gobierno las ha venido controlando, monopolizando, a través  del complejo Alfredo Maneiro.

No es que no haya papel, porque si uno revisa los periódicos gubernamentales como El Correo del Orinoco o los 8 periódicos que distribuye de manera gratuita, desde Ciudad Caracas hasta Ciudad  Ojeda, vamos a encontrar que tienen suficiente papel y, además, periódicos muy bien diseñados, gráficamente a color.

Lo que pasa es que al papel no acceden todos aquellos medios que resultan ser críticos hacia la gestión gubernamental y hacia este proceso político.

El Presidente Maduro ha aplicado mecanismos muy sutiles, inteligentes, que hace que la censura y la autocensura se haga presente.

 -Ese proceso de control sobre los medios no afectos al Gobierno, viene desde hace años. ¿Cómo ha visto usted el desarrollo de la hegemonía comunicacional?

-Los datos que nosotros tenemos nos están diciendo que la audiencia que tienen los medios radioeléctricos y televisivos  que deberían ser medios de servicios públicos, porque todos los venezolanos los pagamos, tienen muy bajo impacto. Y el de los impresos, un índice de lectoría bajo. Sin embargo, el Gobierno ha ido  ocupando muchísimos espacios en el ámbito comunicacional. Entonces podrá llegar el momento en que los únicos medios con los que podamos contar sean los gubernamentales. Creo que hacia allá va la política.

Fíjate que en los medios impresos, periódicos como el de ustedes, el número de páginas es muy  reducido. La gente tiene que ir hacia los portales, pero, como ya lo decía anteriormente, en el mundo digital no toda la sociedad venezolano accede a Internet.  En este sentido, los medios convencionales como la radio, la prensa y la televisión todavía tienen un lugar que ocupar en la audiencia venezolana y en la América Latina. No creas que nosotros somos la excepción, pero el Gobierno ha ido reduciendo esos espacios de los medios tradicionales y van quedando ellos prácticamente solos. Y los que van quedando tienen serias presiones.

-Hay un hecho del Gobierno muy interesante a considerar: la utilización de la mentira. Con la crisis eléctrica, están diciendo que la misma se debe a El Niño cuando este fenómeno climático, según los expertos, sólo se produce en los países que están en las costas del Pacífico, donde por cierto no se ha presentado ningún problema eléctrico. ¿Qué observación tiene al respecto?

-Claro, esta es una característica de este tipo de un régimen autoritario, que algunos lo llaman también, siguiendo a Umberto Eco, totalitario de hecho.

En el campo de las comunicaciones, ellos han generado un régimen de censura para los medios de comunicación social que todavía son críticos, cada vez menos, muy pocos. Si uno hace un análisis de contenido de un periódico como El Correo del Orinoco vamos a ver allí lo que tú planteas: la mentira, la manipulación de la información y nunca vas a  tener certeza de lo que allí se diga. Eso está pasando con el problema del desabastecimiento de alimentos, el de las medicinas, el de la violencia, la inseguridad.

Yo he venido haciendo un seguimiento en los últimos veinte días a El Correo del Orinoco. Allí no se habla de desabastecimiento, ni fotografía sobre colas de la gente buscando alimentos y medicinas. Cuando publican algo referido a esta temática ocurre en aquellos municipios y estados donde el PSUV perdió sus elecciones. No son alcaldes o un gobernador afecto al proceso político. Generan un proceso de desinformación. Eso pasó también con el problema de la electricidad, la represa de El Guri  y el efecto de El Niño.

-Las fuentes oficiales están vedadas a los periodistas. Nadie entrevista al Presidente o a los ministros porque si tienen que informar, hacen una cadena. El expresidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, tiene su programa y es vocero del Gobierno. Y las informaciones son las que ellos producen, pero con características de propaganda. ¿Qué le parece esta forma de actuación oficialista?

-Eso es lo que yo te planteaba a tu primera pregunta. El periodista hoy con todos estos obstáculos, con todos estos límites que tiene para acceder a las más importantes fuentes de información del sector oficial,  ante esas trabas, tiene que convertirse en un profesional muy acucioso, que no se puede conformar con hacer un periodismo que llamaríamos objetivista,  de simple información del hecho, sino que tiene que hacer un periodismo de mucha más investigación y mucho más interpretativo para poder dar cuenta de lo que realmente está sucediendo y, además, tiene que acudir a fuentes ajenas o externas a las fuentes informativas oficiales. De allí que su trabajo es mucho más complejo porque tiene que ser mucho más creativo y esto genera mayor esfuerzo, mayor trabajo para el ejercicio profesional.

-Se ha impuesto el secretismo. La enfermedad de Chávez se mantuvo oculta. Incluso un médico, el Dr. José Rafael Marquina, que reveló detalles a través de tuits por la operación que al mandatario le habían hecho en Cuba, se fue del país porque lo perseguía el Gobierno. Y así ha pasado con denuncias hechas en el exterior sobre corrupción y otros casos, incluyendo los sobrinos de la esposa del Presidente. No hay información oficial.

-Eso es propio de los regímenes totalitarios. Casi todas las instituciones están secuestradas. Tú me podría decir: la Asamblea Nacional no está secuestrada. Claro, que está secuestrada. Si bien es cierto, la oposición democrática del país ganó con mayoría calificada, sin embargo estamos viendo que todo el conjunto de leyes y acciones que ha aprobado, son desconocidas a través de pronunciamientos de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. ¿Por qué no pensar también que los medios de comunicación también están secuestrados? Todo lo que pasa en el alto gobierno es filtrado por el alto gobierno. Hay una fuerte dosis de secretismo y por eso el periodista tiene que ser más agudo. Si tú haces una encuesta en la calle verás que los niveles de desinformación son cada vez más crecientes porque se nos han ido cerrando canales y los que han quedado abiertos no son realmente confiables. O responden a las líneas políticas del Gobierno o bien son medios que se están autocensurando, algunos de ellos comprados por personas muy afectas a este proceso político.

-¿Cuál sería el punto de reflexión para el Día del Periodista?

-El ejercicio del periodismo en la Venezuela del presente se ha hecho cada vez más peligroso, más riesgoso y además cada vez más difícil. Eso obliga a que nuestros periodistas sean mejores periodistas, que sepan hacer periodismo de investigación, que sepan hacer periodismo de interpretación y moverse en el campo de las nuevas tecnologías. Y tener resistencia.

 

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