En horas de la mañana de este martes, un vehiculo ingresó en la estación del Metro de Chacao, quedando estancado en las escaleras de acceso al subterráneo
Cuando un hombre tiene una disfunción eréctil debe acudir a un equipo multidisciplinario para tratar la causa de este problema, porque en algunos casos se debe a motivos psicológicos y en otros a trastornos orgánicos
3 millones de venezolanos sufragaron ayer para seleccionar al candidato de la oposición que enfrentará al presidente Hugo Chávez el próximo mes de octubre. Una jornada que deja muchas lecturas, entre ellas la unificación de criterios entre los diferentes sectores de un país que le costaba demasiado encontrar caminos de entendimientos sobre la mejor forma de ser una opción válida para el electorado adverso al régimen. Gusto y regusto nos dio cuando vimos a los candidatos reunidos la noche del domingo alrededor de Henrique Capriles Radonsky, quien contabilizó la bicoca de 1.800 votos en la consulta popular.
Durante mucho tiempo me pregunto sobre el brutal aumento de los homicidios que nos anega. Los muertos a manos del crimen son 4.500 en 1998 y ocurren 18.000 cada año, durante los años más recientes.
Presley y Ethel Bradshaw, de 101 y 99 años, murieron el lunes de la pasada semana, de forma natural y con sólo cuatro horas de diferencia, tras haber pasado 73 años casados, según informa la televisión estatal de Kentucky Wave3.
A fines de noviembre último, ya casi en la recta final de las primarias, la intención de voto de los para entonces tres principales precandidatos presidenciales, estaba repartida así:
33 por ciento era favorable a Henrique Capriles Radonski. 26 por ciento a Pablo Pérez. 21 por ciento a Leopoldo López. En esto las diferentes encuestadoras planteaban algunas variaciones en cuanto a proporción, pero la ubicación de los aspirantes se mantenía, tercamente, en ese orden.
El candidato a la perpetuidad tendrá que explicar. Algún día tendrá que hacerlo. Junto a sus cómplices deberá someterse a una justicia imparcial, no la que él prostituyó, hasta obligarla a arrastrarse a sus pies, en un repugnante pozo de adulante pestilencia. Tendrá que pagar por sus gruesos delitos.