Dos sillas de madera y cuero de color negro, propiedad del general José María Ponte,
sirvieron para colocar el ataúd. En el piso, de ladrillos irregulares, contiguo al cajón donde
yacía el corpulento general Joaquín Crespo, se situaron varias velas en fila para alumbrar
el cuerpo del expresidente de la República.
Manuel Antonio Prince Veroes nació en Aroa, estado Yaracuy, el 16 de junio de 1914, un
mes antes que iniciara la Primera Guerra Mundial. Cuando cumplió 13 años de edad partió
a Nueva York con su hermano mayor que lo invitó a buscar nuevos horizontes. Con poca
dificultad aprendió inglés y posteriormente se inició en el oficio de mecánica automotriz,
reparando los famosos taxis Yellow Cabs.
A José Miguel Bermúdez Castillo,
con admiración y respeto
Cuando el sol comenzaba a despuntar ya Josefa Antonia Gil Fortoul caminaba presurosa por el espacioso pasillo...
Los lamentos se podían escuchar a distancia, así como los olores nauseabundos se esparcían cuando el sol quemaba con más furor. Era entonces cuando el carcelero repartía una taza de agua y dos panes que por lo general estaban tiesos y/o roídos por las alimañas, a los condenados por cualquier delito tipificado en las escribanías de aquel remoto tiempo histórico venezolano.
Resulta interesante leer la obra de Telasco A. Mac. Pherson, publicada en homenaje al Centenario del Natalicio del Libertador Simón Bolívar. Entre su curioso contenido se encuentra inmerso una colosal fuente de información y datos antiguos por orden alfabético que ofrece una asombrosa descripción de lo que para el entonces era la entidad larense.