Hubo un tiempo en Venezuela, no tan lejano que solamente pueda recrearse leyendo historia, ni tan cercano que pueda recordarse abriendo archivos de "wasap, feibu o tuiter", en el cual le decencia era una norma cotidiana de conducta observable en absolutamente todos los estratos sociales.
Cuando el doctor Paucho (Pablo Álvarez Yepez) nombró a su hijo Carlos Miguel Álvarez Gutiérrez con el apodo de Tamakun lo predestinó para una vida de héroe civil con misión de aliviar el dolor con la medicina de la bondad.