Escribo el jueves 17 de mayo en la noche. Como esta columna publica los lunes, siempre me toca fungir de pitonisa para imaginarme el “día siguiente de”.
¡Qué envidia me produce el Perú! Sus instituciones funcionaron hasta el punto que el presidente Pedro Pablo Kuczynski prefirió renunciar antes de que lo destituyera el Congreso.
Hace poco conversaba con una alumna que también se va de Venezuela. “Estoy decidiendo qué me voy a llevar”, me dijo. “Tantas cosas no me caben en dos maletas”, añadió. Es verdad, pensé. Lo que se llevan de aquí quienes se van no cabe ni en una, ni en dos, ni en cien, ni en mil maletas.