El Universo es granular. No hay continuidad en los elementos atómicos que lo forman. Es, pues, como se dice: “polvo..” sin duda, gracias a la tabla de Mendeleev, conocemos el nombre y el número de esos gránulos de polvo. Pero a pesar de ese polvo granular dispersante de los elementos, el Universo no se rompe, no se desgarra.
Habíamos informado del descubrimiento de la energía pura y neutra procedente de las estrellas que llena todo el espacio del Universo. La partícula de esa energía es virtual, sin masa.
Si lo que nos llega de modo continuo del Sol es energía y no luz como desconocidamente se cree; si eso que no se ve, ni se toca, ni se calienta y opone resistencia a los astronautas y cosmonautas cuando salen al espacio en sus caminatas.
Sabíamos de la Galaxia Vía Láctea porque en noches oscuras, sin luna, una franja blanquecina atraviesa el espacio del cielo. Pero fue el astrónomo norteamericano Edwin Hubble quien en 1924 nos presentó su hallazgo, su descubrimiento de que habían muchas más galaxias separadas entre sí por amplias regiones del espacio.
El espacio intergaláctico, el interestelar y el interplanetario que rodea todos los cuerpos ponderables del Universo, lo llena la energía generada por los procesos...