Releo con fruición el libro póstumo de Oswaldo Payá, Premio Sajarov, quien
ofrenda su misma vida para trazar caminos de reencuentro a sus compatriotas, los
cubanos, víctimas de la satrapía que le asesina. Lo celebro como venezolano, aún
más, por su compromiso con la democracia profunda, por entender que la patria y
lo patrio o son todos o no es nada.
El escritor belga, David Van Reybrouch, en sugerente libro que, bajo el título Contra las elecciones, subtitula “cómo salvar la democracia”, esgrime como premisa de su enjundiosa reflexión una paradoja: “Con la democracia ocurre algo curioso:todo el mundo la desea, pero no hay nadie que crea en ella”
En medio de aciertos y desvaríos la “oposición” venezolana es lo que es.No será diferente. Dos variables se lo impiden hoy, y hay la amenaza de que vómitos volcánicos tapen el espacio y densifiquen el aire, calcinándonos a todos.
Luis Almagro, Secretario General de la OEA, hizo entrega a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional de su informe sobre los crímenes de lesa humanidad ocurridos en Venezuela.