El mundo occidental es víctima de un inmediatismo conductual que es indigno de su cultura milenaria. Ahora intoxicado por el narcisismo digital, dejado atrás, sin opciones, los debates entre la razón y la fe que le ayudan al parto del Estado moderno y alcanzan, no sin actos de barbarie suma o por padecerlos, un orden internacional que logra mirarse en la dignidad de la persona humana.
Nuestro primer experimento constitucional y civil: el de la llamada Primera República, en 1811, dura poco por una razón de fuerza.
Se soporta, no obstante,...
Andrés Bello, hijo de Caracas, nacido en 1781, es parte de la excepcional generación de ilustrados venezolanos de finales del siglo XVIII. Es expresión...
Los escribanos de la izquierda se rasgan las vestiduras. Denuncian, globalmente y en comandita, los peligros que para la democracia significa la elección en...