Abundan discusiones internacionales sobre la crisis humanitaria y masiva migración venezolana (abrumadoramente económica y social) - que se estima aumentará en 1.7 millones de nuevos expatriados en 2018.
Es casi un elogio llamar “dictadura” a un burdo régimen forajido. Dictaduras son formas de gobierno y algunas dejaron importantes legados positivos; pero la pandilla facinerosa que hoy desgobierna en Venezuela no trae más que miseria, destrucción y degradación.