Desde el momento de la Creación, humanos y animales han tenido que enfrentar sus propias luchas para mantener su vida a flote. Una vez nace el polluelo aprende a luchar por sobrevivir en medio de todo tipo de peligros, a la vez se beneficia de todo lo que encuentra en la naturaleza.
A través de los siglos, bajo el techo de este mundo nada ha cambiado respecto a la actitud codiciosa y explotadora del ser humano hacia los más vulnerables.
Mientras el alma y el corazón amen y los ojos no se cansen de observar con fascinación los
paisajes y hermosuras del mundo, nunca terminará “Por la puerta del sol” su tarea de
escribir sobre la diversidad de temas que pone la vida frente a los ojos.
Desde esta tribuna humana es muy difícil recomendar tranquilidad y pausa a una población atacada con saña por las tormentas del hambre, la inquietud y mala salud, dramas capaces de matar cualquier asomo de esperanza.