Dos puntos previos. Primero, cometí un error en mi artículo anterior, “Soberbia científica”, mi amigo, el erudito Dr. Paul Leizaola Azpiazu, me lo corrigió: el sabio sacerdote belga, Georges Lemaître, no era jesuita, sino del clero secular.
Hay algo perdido en nuestro mundo: la verdad. Los niños mienten sobre sus travesuras, los adultos con sus disculpas, los políticos con sus promesas futuras, los publicistas con la calidad de lo que promueven y los empleados con sus reposos ficticios.
Grandes hombres y mujeres ha dado el siglo XX para Venezuela, contribuyeron a construir la democracia, la industria petrolera, la erradicación de enfermedades, la investigación científica, la reivindicación de los derechos de la mujer, el voto universal, el arte y la cultura.