Intercambiando correos con una querida amiga, Flor Isava –nuestra Dama Olímpica- ella me manifestó que releía un artículo mío porque le gustaba mucho. Le contesté que eso me envanecía, porque para un autor ser releído es como en el teatro recibir un aplauso prolongado. Parto de aquí para el título y el tema de mi entrega de hoy.
Para recordar: “Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano” (Hechos 26:28).
Las elecciones parlamentarias de Venezuela, es el proceso comicial más cercano que tenemos y se celebrarán el 6 de diciembre de 2015. Es una votación automatizada, “secreta” (eso es lo que se espera) y los diputados electos, durarán cinco años en el ejercicio, entre el 5 de enero de 2016 y el 5 de enero de 2021.
Sería inútil un tema distinto al de las elecciones. Aun los más indiferentes están con ansiedad de los acontecimientos por venir. Un país caribeño próximo a ser sacudido por un profundo cambio que nos dejará honda huella. Estamos los venezolanos unidos por un unánime disgusto.
“Que el amor, la paz y la gloria del Niño Dios reine en nuestros hogares en estas fiestas y llene de bendiciones el Año Nuevo. Recibimos a Jesús con el compromiso de poner todo lo que podamos de nuestra parte para superar juntos los distintos obstáculos que se presenta en nuestras vidas…”