La Madre del Divino Pastor, llamada Divina Pastora es una advocación mariana de la Iglesia católica. Su imagen tiene su principal centro de veneración en el Santuario de Santa Rosa situado en la parroquia Santa Rosa de Barquisimeto. Cada 14 de enero se celebra una multitudinaria peregrinación mariana, que es considerada la tercera más grande a nivel mundial, solo es superada por la que se hace con la Virgen de Guadalupe (México) y la Virgen de Fátima (Portugal). Sin embargo, tiene un toque auténtico y es que la imagen de la Virgen sí sale de su templo y recorre buena parte de la ciudad. Por lo tanto, se puede decir que es la procesión mariana más grande del mundo en lo que respecta a nivel de asistencia.
En el año 2016 se contabilizaron más de 4 millones de feligreses que asistieron a la procesión. la imagen de la Virgen como pastora se remonta por lo menos al siglo X, esta devoción en particular proviene de Sevilla, España. En el año 1700, Fray Isidoro de Sevilla (fraile capuchino) recibió una visión en uno de sus sueños en la que se le apareció la Virgen María en un paisaje campestre, rodeada de árboles y ovejas, vestida con una túnica púrpura, una mantilla azul y portando en su mano un cayado pastoril, y a su lado un lobo amenazante escondido entre los arbustos, representando las acechanzas del demonio. Conmovido por la belleza de esta imagen, acudió al taller de un famoso pintor, Alonso Miguel de Tovar, y le pidió que pintara a la imagen que tuvo en su sueño.
Con su atavío de pastora, realzada en un estandarte entre guirnaldas y flores el 8 de septiembre de 1703, la pintura de la imagen salió de la iglesia de San Gil en una procesión que recorrió las calles de Sevilla, acompañada por una nutrida concurrencia que le brindó un rosario cantado. La virgen en su advocación de Pastora recibía por primera vez culto público en un día memorable, pues se daba comienzo a una devoción mariana ligada por su origen a los misioneros capuchinos, quienes se encargarían de propagar la nueva advocación en Europa y América.
Años más tarde, el escultor Francisco Ruiz Gijón, esculpió la imagen tamaño natural de la Divina Pastora. Y en el año 1705, la imagen fue llevada a su primera procesión.
Fuente: Wikipedia.
En Santa Rosa, el comienzo de la veneración por la Divina Pastora se remonta al año de 1736, fecha en que el párroco de su iglesia, encargó a un famoso escultor que le hiciera una estatua de la Inmaculada Concepción. No obstante, por una extraña equivocación, en lugar de la Inmaculada, llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora. El párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen. A partir de este momento la población interpretó este raro acontecimiento como señal de que la Divina Pastora quería quedarse. Posteriormente, durante los sucesos del terremoto de 1812, el templo donde se veneraba la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó milagrosamente intacta, hecho que reforzó la creencia de los fieles de Santa Rosa de que la Virgen quería quedarse para protegerlos
Finalmente, a mediados del siglo XIX tuvo lugar un acontecimiento que contribuiría a la consolidación definitiva de la Divina Pastora como patrona. En 1855, se desató en Venezuela una terrible epidemia de cólera. Muchas familias de Barquisimeto fueron diezmadas por el terrible mal, siendo completamente inútiles medicinas, lamentos y plegarias. Ante esta situación el Padre Macario Yépez ofrendó su vida pidiéndole a la Virgen que fuese la última víctima del cólera, se dice que después de la muerte del Padre Yépez, cesó la epidemia y como último remedio, los pobladores decidieron sacar en procesión por las calles de Barquisimeto la imagen de la Divina Pastora para implorar su misericordia, la cual fue concedida. Es por esto que, en conmemoración de ese hecho, todos los 14 de enero se traslada, la Divina Pastora a la Catedral de Barquisimeto desde su iglesia de Santa Rosa.
Los larenses la veneramos con amor y devoción, le regalan sombreros y trajes de telas preciosas, algunos de ellos encargados a modistos afamados. Se asevera que esta tradición fue comenzada por Don Juancho Alvarado, vecino del templo San José, quien era un fiel devoto a la Pastora de Almas.
Entes gubernamentales y algunos políticos han intentado utilizar en provecho propio esta actividad netamente católica, pero la feligresía que acompaña a la imagen sagrada, se ha impuesto y la ha preservado.
Ya bajada la imagen de la Virgen María de su nicho en la iglesia de Santa Rosa, los devotos sobrepasaron lo planificado por las autoridades eclesiásticas y la Divina Pastora fue sacada a las puertas de la iglesia, así saludó a la feligresía que fue a reverenciarla.
Este catorce de enero de 2022, es momento propicio para pedir a la Divina Pastora que salve a su rebaño de la impiedad del Covid 19, que nos ha llevado a familiares, amigos y conocidos; que nos proteja de la crisis político-económica que devasta a las familias venezolanas, con la diáspora incontrolable; de la huida del hambre, la miseria, la falta de empleos y de trabajos que les aporten ingresos dignos que les permitan cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias; de servicios públicos ineficientes y de un pésimo sistema de salud.
Supongo que la situación en la cual sobrevivimos es resultado de nuestro propio albedrio, pero pido a la Madre de Dios, que se apiade de nosotros, ya son más de veinte años de un prolongado y cada vez más intenso sufrimiento; de daños colaterales ocasionados en la base de la sociedad… “La Familia.”
Ante la situación que atraviesa esta “Tierra de Gracia,” y por las in-calculadas riquezas con las cuales la dotó, da hasta pena ajena pedir clemencia al Todopoderoso…
No debemos olvidar la célebre frase de don Rómulo Betancourt:
“Cuando Venezuela necesitó libertadores, no los importó… los parió.”
Maximiliano Pérez Apóstol
