Por la forma como se ha venido aplicando el proceso de vacunación contra la enfermedad COVID-19 en Venezuela, no es eficaz, observa el doctor Armando Sánchez, especialista en Salud Pública.
Si oficialmente se han registrado 5.341 muertes hasta el 6 de enero de este año, en promedio tienen que haberse contagiado, no 445.580 como dice el régimen de Maduro, sino 534.100 personas, porque cada enfermo propaga el virus a otros cinco seres humanos, estima el profesor de pre y postgrado de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA). No es de extrañar, por tanto, que más de 2 millones y medio hayan sido afectados en el país.
Al ser entrevistado por Elimpulso.com, dijo que lamentablemente las cifras ofrecidas por la administración de Maduro no son creíbles, ya que ni el ministro de Salud, ni el jefe de epidemiología, ni tampoco los secretarios de Salud regionales, como responsables del servicio sanitario, aportan los datos que la población requiere. Lo hacen otros funcionarios.
Letalidad
Hasta ahora los estudios científicos han indicado que el período de incubación de la COVID-19 podría oscilar entre 2 y 14 días, dependiendo de la persona que se haya contagiado.
La pandemia no ha podido ser controlada por la aparición de las variantes, las primeras de las cuales fueron Alfa y Delta, siendo la última la sudafricana denominada Oro, porque los primeros casos tuvieron lugar en Sudáfrica, que es una región donde ese mineral es muy abundante.
Se sabe, eso sí, que no llega a tocar niveles cerebrales, donde existen fenómenos de emoción como la percepción de olores y sabores. Ni tampoco los síntomas de otros coronavirus que causan daños de latencia, pero que con el tiempo los enfermos se recuperan. Sin embargo, todavía no se ha determinado en qué medida se produce esa recuperación.
Como en esta pandemia hay pacientes con síntomas y otros asintomáticos, la enfermedad se torna muy peligrosa y, por lo tanto, lo más conveniente es tomar las medidas preventivas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, sobre todo ahora que se ha acelerado la virulencia.
Dice el doctor Sánchez que la letalidad en el mundo se ha mantenido en el uno por ciento de los contagiados; es decir, por cada cien personas que ha contraído la enfermedad, una falleció, razón por la cual no se puede bajar, la guardia, ya que el mal consiste en que el virus ataca la respiración.
Cobertura
Nadie cree en los porcentajes que ofrecen los personeros de Maduro sobre el número de personas vacunadas, manifiesta el doctor Sánchez, quien recuerda haber dicho en ocasiones anteriores que lo más conveniente para evitar la propagación era haber tomado las previsiones oportunamente y disponer los recursos para vacunar a 20 millones de personas en Venezuela, a razón de dos dosis por cada una de ellas; es decir, 40 millones de dosis.
Aún no se sabe el número de inmunizados con las vacunas Sputnik V, de Rusia; y Sinopharm, de China, que son las utilizadas en nuestro país. Sólo se conocen los porcentajes, no verificables, que dan las autoridades en las cadenas de radio y televisión.
Aplicación
Afirma que no es por lo que digan los funcionarios del régimen que se está vacunando a la gente, sino porque se ve que se está haciendo al estar llegando los envíos de Rusia y China. También se firmó un convenio con Cuba para traer un producto, marca Abdala, de dudosa utilidad por no estar reconocido por organismos internacionales.
Desde que comenzó, muy lentamente, el proceso de inmunización, el jueves 18 de febrero del año pasado, la aplicación no ha sido la más adecuada y ni regida por las estrictas normas sanitarias universales.
En este orden de ideas sostiene que aunque la vacunación haya tenido efectividad, no ha sido eficaz por cuanto no ha se ha cumplido con la ley de oro: la cadena de frío.
El ejemplo más impresionante es de la vacuna rusa, que llegó con una temperatura de 60 grados bajo cero y, debido a la falta de equipos de refrigeración adecuados, se ha venido aplicando a baja temperatura; pero, no en los sitios idóneos. Y del mismo modo ha ocurrido con la china.
No hubo la debida preparación para quienes tenían que aplicar las dosis, ya que improvisadamente se les dio la responsabilidad a las Unidades de Batalla Hugo Chávez (UBCH), para que hicieran la vacunación casa por casa.
También se utilizaron los espacios de las plazas Bolívar de ciudades y pueblos, donde quienes llevaban las vacunas en unas cajas de poliestireno, al aumentar el calor, utilizaban las tapas para echarse fresco en la cara. Naturalmente, la radiación del sol le disminuye la potencia de inmunización a las dosis.
Después, se utilizaron dependencias públicas, como sedes de la Fundación del Niño, oficinas del Consejo Nacional Electoral y puestos de organismos policiales.
Y ahora se ha visto que lo hacen en las instalaciones de dispensarios y del Seguro Social.
De todas formas, como se ha podido ver, no ha habido la utilización rigurosa de la cadena de frío, termina diciendo el doctor Sánchez, quien fue el primero en el país en advertir en enero de 2020, a través de programas de televisión regional, la existencia de la pandemia, la cual fue anunciada oficialmente el 11 de marzo de ese año por Tedros Adhnom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.
