Los 930 estudiantes, docentes, personal administrativo y obrero, así como padres y representantes del liceo diurno Pablo Gil García y el nocturno Jorge Saldivia Gil se cansaron de convivir con una serie de problemas que con el transcurrir del tiempo se han venido agravando y hasta ahora ningún organismo se digna a resolver.
Aunque todos deben merecer atención, últimamente se han visto muy afectados por el de las aguas negras que corren frente a la institución, cuyos malos olores no permiten desarrollar normalmente sus actividades.
Luego de acudir en comisiones y enviar comunicaciones a diferentes organismos, entre ellos FEDE y la Alcaldía de Morán sin recibir respuesta positiva alguna, decidieron la pasada semana protestar drásticamente tomando un grupo de estudiantes la sede educativa.
Son unos 50 jóvenes del quinto año, así como algunos de otros grados, quienes se dividen en grupos para mantener la vigilia permanente a pesar de las amenazas y hasta agresiones como la ocurrida el pasado fin de semana cuando les atacaron a piedras en horas de la noche.
Johana Domínguez, representante, dijo que la situación se ha hecho insoportable pues los niños y adolescentes corren el riesgo de sufrir enfermedades por la contaminación existente.
El profesor Antonio Pérez, director, por su parte, consideró justos los reclamos de los estudiantes pues merecen recibir clases en ambientes dignos.
Confirmó que se han enviado iinformes a diversos organismos, comenzando por FEDE, y ninguno ha respondido positivamente.
Sin embargo, dijo que el lunes les visitó un ingeniero de la Alcaldía de Morán quien se comprometió a regresar el martes con las tuberías para resolver el problema, aunque sea provisional, pero al mediodía no había llegado nadie.
Pero la lista de problemas en el liceo Pablo Gil García, fundado en 1945, es larga, como lo señalaron los estudiantes Bryan Domínguez y Karen Giménez.
Además de las aguas negras, no tienen agua blanca, dependiendo de la que le echan a dos tanques; no cuentan con filtros para agua potable, faltan más de 300 pupitres, la cancha deportiva no es tal, faltan implementos, los techos presentan filtraciones, el personal obrero no tiene artículos para la limpieza, las aulas carecen de suficiente alumbrado, de noche todo el liceo permanece en tinieblas, no existe comedor, pese a que muchos alumnos proceden de caseríos lejanos, los salones de clases son insuficientes y por si fuera poco sólo cuenta con vigilantes ad honoren pues no hay presupuesto para pagarle a unos oficiales.
“Las pocas mejoras que se le han hecho al plantel han estado a cargo de los mismos alumnos, docentes, padres y representantes y miembros de la comunidad.
Columba Lucena y Yolanda Mambel, de los consejos comunales Los Yakures y La Manga, junto con el de La Asomada, quienes también sufren por los malos olores que corren frente al liceo, exigieron la solución del problema de una vez por todas instalando la tan necesaria red de cloacas.
Pero el asunto no es tan simple pues, de acuerdo al ingeniero Miguel González, también representante, el problema se debe a que la tubería instalada hace tiempo para las aguas servidas se venció con el peso de los vehículos que por allí circulan.
Considera necesario instalar nuevas tuberías, pero no PVC, para que resistan.
Otro problema es el destino de las aguas servidas del sector pues el Ministerio del Ambiente tampoco ha presentado proyecto alguno de soluciones, uno de los cuales sería la construcción de una laguna de oxidación, aunque habría que ubicar el sitio adecuado que no afecte a ninguna comunidad.
Este miércoles, al cumplirse una semana de la toma, el estudiantado participante ha recibido solidaridad de diferentes sectores pues al liceo no sólo acuden jóvenes de Humocaro Bajo sino también de Humocaro Alto y diferentes caseríos de la parroquia.