“No hay nada más práctico que una buena teoría”.
Kurt Lewin
Cómo podemos clasificar a los emprendedores y las empresas que los emprendedores tratan de iniciar o llevar hacia adelante.
Para ello, se tiene que definir un mapa, que ayude a lograr los siguientes objetivos:
- A generar conocimientos útiles para que podamos ser eficientes y eficaces en nuestro trabajo con los emprendedores.
- A poder actuar empresarialmente.
- A construir soluciones sistémicas para los emprendedores de manera individual, así como a la comunidad de emprendedores.
- A producir cambios que produzcan una verdadera transformación en los emprendedores.
Nuestro objetivo es generar conocimientos que trabajen, en otras palabras, conocimientos que ayuden a otros y a nosotros, con el fin de producir un alto nivel de rendimiento para determinar cómo es el emprendedor, lo que necesita, y cómo ayudarlo.
Para lograr esto, tenemos que desarrollar una teoría, acerca de cómo funciona este mundo.
Ahora bien, para lo que buscamos, ¿necesitamos saber que hace que una teoría sea buena? Como señala Cortlandt Cammann «según la perspectiva de un agente de cambio, el conocimiento no ayuda hasta que no se pueda convertir en acción…. tener una teoría que me ayude a entender, no necesariamente será la misma que me guíe a la acción».
Muchas ideas o conceptos en emprendedurismo y desarrollo económico pueden sonar impresionantes, pero cuando uno intenta implementarlas, nos encontramos que son incapaces de ser utilizados o aplicados.
Pienso, que una buena teoría debe ser operativa, es decir, capaz de ser implementada.
Su valor radica en la eficacia con que guía nuestros esfuerzos y mejora los resultados. Al mismo tiempo, las buenas teorías se construyen desde la base, basadas en la experiencia de lo que funciona y lo que no.
La generación de conocimientos útiles es un continuo y virtuoso ciclo, en el cual la teoría y la práctica están íntimamente ligados.
El conocimiento que hemos desarrollado no es algo abstracto generado por observadores externos separados del mundo de la experiencia. Estos conceptos e ideas están derivados directamente de nuestra interacción como profesionales , con o sin éxito , con emprendedores.
Pero, al mismo tiempo, no estábamos simplemente actuando como profesionales. Porque para generar conocimientos útiles para la acción, hay que participar en las investigaciones y en la acción. La investigación y la acción, conlleva no solo desarrollar ideas y conceptos fuera de la práctica, sino también la prueba de esas ideas en la práctica, no mediante la realización de encuestas, sino por la aplicación de la idea directamente con los clientes y con nosotros mismos.
Hemos aprovechado todas las oportunidades para experimentar con responsabilidad, lo que significa cometer muy pocos errores e impactos negativos con consecuencias para nuestros clientes y nosotros mismos.
Definitivamente, el resultado ha sido que, con el tiempo, ciertamente mejoramos lo que estábamos haciendo.
Italo Olivo
www.iolivo.com