Reflexión
Reflexionando en el marco del mes del amor y la amistad me pregunto. ¿Será que todavía existen jóvenes que piden una prueba de amor a las novias para estar seguros que les aman? O sea, que le den sexo, para demostrárselo. Y, ¿Será que hay jovencitas tan “inocentemente” estúpidas para hacerlo?. Si evaluamos este mundo bajo la condición moral que nuestro Dios profetizó, en relación a las cosas que iban a suceder en el tiempo del fin. Que es ahora. «Como fue en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. «Porque en los días anteriores al diluvio, la gente comía y bebía, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca.” Mat.24:37,38. No me cabe la menor duda, que todavía existen esos bandidos que la siguen pidiendo. Y que abunden la niñas “inocentes” que estén dispuestas a darle la prueba que su “amado” pide.
Si vamos a los hechos, tenemos que traer estadísticas serias que ilustran la triste realidad. Y es que en Venezuela, una de cada cinco mujeres menores de 20 años ya han sido madres, lo que representa el 21% de los nacimientos anuales. De acuerdo al Fondo de Población de las Naciones Unidas, este porcentaje ubica al país como el primero en Sudamérica con la tasa más alta de embarazos no planificados en adolescentes. Esta realidad es considerada por la organización como un problema de salud pública que abarca a América Latina y el Caribe, región que registra con un 38% la segunda tasa más alta de embarazos precoces, superada por África Subsahariana. Prueba evidente, de lo dicho por Dios en las Sagradas Escrituras.
Si vamos argumentar sobre las causas, pudiéramos condensar un libro completo. Y con respecto a lo que se pude hacer para evitar esto, es algo que muchos especialistas ya lo han hecho. No digo que se dejen las cosas así. Todo lo que se pueda hacer debe hacerse, pero en boca de los políticos se convierte en demagogia e hipocresía. No así en muchas organizaciones sociales, en las cuales se nota su preocupación sincera.
Una realidad que no se puede ocultar, es que los poderosísimos medios de comunicación e información han establecido y arraigado en la mente y la conducta del hombre, un patrón para evaluar lo que es el amor. Este patrón se expresa en la vida del individuo de manera pervertida. Se confunde el amor verdadero con valores morales totalmente distorsionados. La pasión sexual es la que más ha proliferado. Y por ello, niños jóvenes y adultos han sucumbido en una lamentable distorsión de lo que es el verdadero amor. El de nuestro Señor Jesucristo. Que es para Salvación y Vida Eterna. Y una clara y evidente prueba de amor fue la que dio nuestro Dios con la muerte de Jesús en la cruz del calvario.
Les cuento. Daniel Bechudere fue un joven predicador, quien narra que en su niñez su mamá trató muchas veces de hacerle comprender que Jesús murió por él. Pero él nunca pudo comprender como una persona podría morir por otra, hasta un día en que le ocurrió una aventura con una abeja enfurecida. Estaba jugando solo en el fondo del patio y de repente una abeja comenzó a zumbar alrededor de su cabeza con la firme intención de picarlo. El niño trató de espantar a la enfurecida abeja, pero al ver que no podía, corrió a donde estaba su madre pidiendo auxilio, su madre al darse cuenta de lo que pasaba se quitó la pañoleta que traía sobre sus hombros y cubrió al niño, sus brazos quedaron descubiertos y la enfurecida abeja clavó su aguijón en ella. Al ver cómo su mamá se había expuesto al peligro y había sufrido el dolor por él, le dio mucha pena y le conmovió muchísimo cuando dijo: “No tienes nada que temer ahora, porque el aguijón que quiso clavar en ti lo ha dejado en mi brazo“.
Es así de sencillo. El amor de Dios para con nosotros no cambia, es inmutable, a pesar de nuestra conducta, él estuvo dispuesto a tomar tu lugar y regalarte la vida eterna. No tienes necesidad de buscarlo en otra parte y menos en la detorsión social de la humanidad. Te invito a meditar en la prueba de amor por excelencia. “En verdad, apenas hay quien muere por un justo. Con todo, puede ser que alguno osara morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor hacia nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”Rom.5:7,8. ¡Hasta el martes, Dios mediante! Próximo título: “El disfraz de Saúl” “Cristo crucificado: hablad esta verdad, orad acerca de ella, cantadla, y ella quebrantará y ganará los corazones” Elena de White.