Ese día me levanté desanimado, desilusionado tanto así que hasta pensé Haber perdido las ganas de amar. Pero tomé EL IMPULSO y te leí y releí De inmediato recuperé mi vitalidad y mi desaforada forma de amar. Gracias, Yolanda por escribir así, siempre con optimismo, frescura y esperanza; no sé si eres niña, adolescente, señora o abuela. Sólo sé que por el hecho de ser mujer eres hermosa. Cualquier alma solitaria al leerte eleva su autoestima y llena su soledad con chispeantes brotes, de amor y paz. Yolanda perdona que te tutee, seguiré leyéndote hasta que se agote mi vista porque con uno solo de tus escritos me hiciste flotar y envolverme en un manto de querencias.
Creo en el amor asi mi cuerpo me duele tanto de entragarme a el Dejo mi piel cuando amo así será siempre.
Gracias Yolanda Peraza
Un romantico eterno:
Jose «Cheo» Salazar