“La justicia sobre la fuerza, es la impotencia, la fuerza sin justicia es tiranía”
(Blaise Pascal)
Con gran preocupación y temor vemos como va desapareciendo la justicia a todos los niveles de las instituciones gubernamentales, privadas, sociales e individuales. Cada quien impone la suya ignorando la de los demás. El sicario impone la justicia que otro le paga para sacar del camino a quien o a quienes les estorban. Día a día vemos que la justicia solo se le aplica a los débiles y desposeídos que no tienen un defensor con capacidad ni buena voluntad para defenderlos. Abundan los delincuentes, la corrupción lo invade todo comprando conciencias a las instituciones del Estado (policías, jueces, directores de cárceles etc.)
Cada país cuenta con las leyes necesarias para ejercer justicia sin distingo de ninguna clase, pero las leyes son ignoradas de parte de aquellos que deben aplicarla como lo ordena la ley. Los que llevan esta batuta nunca están dispuestos a defenderla de canallas y opresores. Para quienes administran la justicia gana el mejor postor, no importa que sea un delincuente o un poderoso patrón. En este momento en el mundo la justicia que se aplica es la de la jungla (la del más poderoso).
El hombre cava su propia tumba cuando muere en él el sentimiento de justicia. Por defenderla, todos debemos erguirnos al sol, con la sola voluntad de rescatarla de las garras de las fieras que adulteran su equilibrio y sentido de igualdad.
La justicia tiene que ser representada y ejercida por personas de reconocida honorabilidad, de alta moral, sólidos conocimientos y muchos deseos de cambiar las cosas. Estas instituciones deben ser libres en todos los sentidos, no deben ser racistas ni ser tomadas por los gobiernos, los partidos políticos u organizaciones religiosas como su absoluta propiedad ni acatar órdenes de los caciques, amos, narcotraficantes, revolucionarios, extremistas ni dictadores.
La neutralidad debe ser su primera prioridad, la justicia debe ser justa pero Draconiana, aplicarla contra el culpable así sea el más poderoso y tenga propiedades y dinero guardado hasta en el mismísimo infierno.
Es hora de que los gobiernos de todo el mundo empiecen a limpiar las entidades encargadas de hacer justicia, sacar los corruptos, sus asistentes y consejeros que nunca piensan en los demás, solo en ellos mismos y en su entorno político- social, compinches, compadres, partidarios, adinerados y todo lo que genere poder, riqueza y buena vida.
La ONU debe ser un organismo independiente, con un miembro o miembros representados por cada país, encargados de viajar por todo el mundo, comprobar el trabajo de la justicia aplicada a rajatabla y aplicar las sanciones que haya que aplicar a quienes no la cumplan ni respeten las leyes, decretos y de más elaborados por esta organización para la aplicación de justicia. Que una vez se dicte la sentencia no tenga vuelta atrás. De manera que ya deben irse formando los hombres y mujeres que formarán parte de los miembros de cada país.
Se necesita justicia draconiana pero legal, humanizada y buena, con un mínimo de errores. Cada país debe conformarla de acuerdo a sus costumbres, necesidades, raza, cultura, creencias religiosas, formas de vida etc. Tal cual lo dijo Dios, todo será juzgado por ti mismo, de modo que no esperes la justicia divina. La justicia está en las manos de cada uno de nosotros, los actos de los hombres no mueven ni conmueven la justicia de Dios, uno no se escapa a la verdad implorando justicia del cielo, cada uno recogerá lo que haya sembrado. A todos nos toca impartir y hacer cumplir nuestra propia justicia, de manera que sea justa y equitativa.
¿Qué dicen los actuales jueces y los nuevos abogados respecto a esta frase?
“La absolución del culpable es la condena del juez”…
Amanda de Victoria