Los funcionarios del Cicpc se han encargado de estudiar el entorno de la jovencita asesinada de forma brutal en la Ribereña con 38, porque sospechan que el autor del hecho puede ser una persona cercana a ella.
Tras hacerle la autopsia se acabó con los rumores que existían referentes a la adolescente, según los cuales ella estaba embarazada. Eso resultó ser totalmente falso.
Igualmente le tomaron muestras de frotis vaginal para determinar si fue violada, pero los resultados aún no están listos.
Los efectivos del Cicpc se trasladaron hasta el laboratorio criminalístico de la Guardia Nacional, para pedir la colaboración con la prueba de hidrocarburos, a fin de poder determinar qué material se utilizó para quemar a la joven, pero los castrenses no accedieron y las muestras fueron devueltas.
Javier Jaimes, padre de la adolescente, comenta que ella estudiaba segundo año de bachillerato, pero era “un poco distraída” para su actividades diarias.
Era la menor de seis hermanas y la única que vivía con su padre.
El señor Jaimes la vio por última vez a las 8 de la noche del miércoles, cuando dijo que iba a comprar una tarjeta telefónica y no regresó más.
Sus primas salieron a buscarla en ambulatorios, comisarías, hasta que a las 5 de la tarde la reconocieron en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda.
Foto: Simón Alberto Orellana