Las parejas que establecen un reparto tradicional de las tareas domésticas mantienen más relaciones sexuales que aquellas que distribuyen por igual todos los quehaceres del hogar, según la Universidad de Washington (EE UU).
Los autores aseguran que cuando las mujeres hacen la comida, limpian la casa y se ocupan de hacer la compra, mientras que los hombres mantienen el jardín, limpian y revisan la mecánica del coche, y se encargan de las tareas de electricidad y fontanería, la frecuencia con la que practican sexo es mayor.
Concretamente, mientras por término medio las parejas estudiadas mantenían relaciones sexuales cinco veces al mes, la cifra prácticamente se duplicaba cuando el marido no cocinaba ni fregaba ni limpiaba el polvo de la casa. “Los resultados muestran que el género todavía condiciona la vida cotidiana de un matrimonio”, concluye Julie Brines en un artículo que publica la revista American Sociological Review. El estudio se basa en datos de 4.5000 parejas heterosexuales estadounidenses recogidos entre 1992 y 1994, por lo que habría que analizar si esa tendencia en la división de las tareas domésticas –en la que no aparecía, por ejemplo, el cuidado de los hijos- ha cambiado en las dos últimas décadas.
Cumplir tareas domésticas hace más felices a los hombres contemporáneos
Un estudio elaborado recientemente en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) reveló que los hombres contemporáneos son más felices ayudando a sus parejas con las tareas domésticas.
El estudio en cuestión, encabezado por la profesora Jacqueline Scott y un equipo de académicos, se basa en los resultados del Estudio Social Europeo, financiado por Bruselas con la participación de 30 mil personas de 34 países.
Los investigadores respondieron a las preguntas sobre cuánto tiempo invertían en tareas como cocinar, lavar, limpiar, ir de compras y otras similares; y contrariamente a lo esperado, era la parte masculina de los encuestados y no la femenina, la que resultaba más beneficiada de un reparto menos tradicional de las tareas domésticas.
Según los resultados del estudio, si los hombres se encargan de una parte de las tareas del hogar hay menos peleas en casa y toda la familia está más contenta. Contrario a lo que sucede con los que no colaboran, que se sienten culpables si no ayudan a sus parejas a limpiar y cocinar.
Estudiando estos indicios, el grupo concluyó que los hombres prefieren una vida tranquila encargándose de estas actividades y no ser unos perezosos cuya pareja se sienta infeliz y agotada. «Todo se basa en la comodidad», asegura Scott.
La investigación además tiene un resultado similar a otras realizadas hace unos años en las que se determinaba que si los hombres ayudaban a las mujeres con los quehaceres, tenían más posibilidades de elevar la frecuencia sexual con sus parejas.
“Cuando un esposo toma la responsabilidad y hace lo que le corresponde, una esposa se siente apreciada y aprecia el gesto de su esposo. No es sorpresa, por tanto, que probablemente se muestre más afectuosa con su esposo”, dice Michael Gurian, autor de diversos libros sobre la diferencia entre hombres y mujeres.
A pesar de lo que se afirma en las conclusiones de estos trabajos, numerosas investigaciones precedentes aseguran que los hombres siguen permitiendo que sus parejas se encarguen de la mayor parte de los quehaceres domésticos, siendo la minoría los que se ofrecen a participar en esas tareas.
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