“En las otras poblaciones del municipio Torres no deben tener problemas porque todos los tenemos nosotros en Quebrada Arriba”.
En esa expresión de Gary Rodríguez, uno de los residentes de la población, están claramente representados los padecimientos de los cerca de 8 mil habitantes de la parroquia El Blanco, al oeste del municipio.
Como al parecer el alcalde Carrasco y muchos funcionarios de la gobernación desconocen dónde está ubicada Quebrada Arriba, le indicamos que en Puricaure, a la derecha de la Lara-Zulia, se toma la carretera que, de paso, necesita urgentemente mantenimiento.
“El principal problema que tenemos aquí es el del agua porque, aunque no lo crean, Quebrada Arriba está rodeada por embalses por todas partes y nosotros no tenemos por lo que estamos obligados a tomar agua salada”, agregó Rodríguez.
Explicó que cuando construyeron la presa El Ermitaño pensaron se iba a acabar ese problema pues también hicieron un tanque en la parte alta y colocaron tuberías, pero nunca ha salido por ellas una gota de agua.
Debido a ello la población sólo se abastece de los pozos artesanales construidos por algunos, pero se trata de agua salobre causante de muchas enfermedades estomacales.
“Aquí vivimos de enfermedad en enfermedad a causa de esa agua que tenemos que consumir a pesar de tener cerca la presa El Ermitaño y otras en haciendas cercanas”, agregó.
José Salas, otro vecino, le apoyó en su planteamiento haciendo hincapié en que los niños son los más afectados por la no existencia de agua potable.
Según expresó, en reiteradas ocasiones en Quebrada Arriba han estado funcionarios de Hidrolara y de la alcaldía de Torres pero ninguno de esos organismos ha resuelto el principal problema de la parroquia.
Los vecinos dijeron que “a veces llega un camión cisterna de la alcaldía con un poquito, pero eso pasa cada mes, cuando pasa, y no nos alcanza para nada”.
La mayoría tiene que comprar agua en botellones si no quiere enfermarse.
“Cuando llega la campaña electoral vienen por ahí prometiendo de todo, incluso solucionarnos el problema, pero cuando se van se olvidan de Quebrada Arriba”, indicó.
Lo mismo opina Tony Gallardo, para quien ni en Carora ni en Barquisimeto se han precupado por la existencia de la parroquia, “posiblemente porque les parece muy lejos”.
Pero en la capital de la parroquia El Blanco también se siente la desidia oficial, en este caso municipal, cuando se recorren sus calles, que se encuentran en deplorables condiciones.
Apenas unos metros de la principal, frente a la iglesia, están intransitables pues el resto carece de asfalto desde hace muchos años y los huecos y zanjas se multiplican por varias cifras.
“En verano todo esto es una polvareda gigante que obliga a la gente a salir con la nariz tapada para no asfixiarse con el polvo que levantan los carros, pero en invierno lo que hay es barriales o charcos enormes que es necesario andar en zanco”, afirmó Gary Rodríguez..
También exigieron la recuperación de la carretera Quebrada Arriba-Puricaure pues en algunos tramos resulta dificultoso transitar por la gran cantidad de huecos o porque la capa asfáltica desapareció.
Pero en la población también están exigiendo se dote de médico al ambulatorio pues no existe desde hace años y solamente tienen la atención de una enfermera que se esmera en prestarles servicio asistencial a pesar de no contarse tampoco con los medicamentos necesarios.
Igualmente exigen de la alcaldía o junta parroquial se ordene eliminar la maleza que cubre todo el cementerio pues actualmente es un riesgo ingresar al mismo por la presencia de culebras.
Según un vecino, el campo santo solamente lo limpian en noviembre, pero el año pasado también se olvidaron y ahora está convertido en un bosque que no permite divisar las tumbas con la facilidad deseada.
Fotos: Luis Salazar