Miles de manifestantes se concentraron este sábado en Viena para protestar contra el confinamiento nacional que anunció el gobierno austriaco a partir del lunes, con el fin de contener el aumento vertiginoso de las infecciones por coronavirus en el país.
El Partido de la Libertad de ultraderecha fue uno de los convocantes de la protesta y reiteró que hará frente a las nuevas restricciones.
En otros países europeos como Italia, Suiza, Croacia también se programaron protestas el sábado contra las medidas para contener el nuevo rebrote de COVID-19.
En Holanda, la policía abrió fuego contra los inconformes el viernes en la noche y varias personas resultaron heridas en los disturbios registrados en el centro de Rotterdam durante una protesta contra las restricciones.
El confinamiento austríaco comenzará en la madrugada del lunes e inicialmente durará 10 días antes de ser reevaluado. Su duración máxima será de 20 días, dijeron las autoridades. Durante ese tiempo, la mayoría de las tiendas estarán cerradas y los eventos culturales quedarán cancelados. La población solo podrá salir de casa por motivos concretos, como para comprar alimentos, ir a una cita médica o hacer ejercicio.
El gobierno de Austria agregó que a partir del 1 de febrero la vacuna contra el COVID-19 será obligatoria en el país alpino.
Austria tiene una de las tasas de vacunación más bajas de Europa occidental: menos del 66% de sus 8,9 millones de habitantes están totalmente vacunados, según cifras oficiales.
Antes de comenzar su marcha por las calles de Viena, miles de manifestantes se reunieron en la enorme plaza Heldenplatz. Cerca de 1.300 policías estaban de servicio. Los agentes usaron altavoces para decirles a los manifestantes que se requerían mascarillas, pero la mayoría no las usaba.
Gritando ”¡Resistamos!” y haciendo sonar silbatos, los manifestantes avanzaron lentamente por la avenida de circunvalación interior de la ciudad. Muchos ondeaban banderas austriacas y portaban carteles en los que se burlaban de los líderes gubernamentales, como el canciller Alexander Schallenberg y el ministro de Salud Wolfgang Mueckstein.
Algunos vestían uniformes médicos y otros usaron sombreros de papel de aluminio. La mayoría de los letreros se centraban en el mandato de vacuna recién anunciado: “Mi cuerpo, mi elección”, decía uno. ”¡Estamos defendiendo a nuestros hijos!” leía otro.
El líder del Partido de la Libertad, Herbert Kickl, quien a principios de semana anunció que dio positivo al COVID-19, habló en un video, donde calificó las medidas de “dictatoriales”. Kickl debió someterse a una cuarentena por 14 días, por lo que no pudo acudir al acto en Viena.