Venezuela es un país con una emergencia humanitaria compleja que ha provocado el desplazamiento de más de seis millones de ciudadanos por el mundo, pero han sido abiertos al menos 30 casinos en todo el territorio, donde algunos de estos centros cuentan con máquinas de juegos que tiene un precio hasta de 80 mil dólares.
Así lo denunció este miércoles el diputado Marco Aurelio Quiñones, quien expresó que nadie puede explicar que en un país donde la mayoría de personas tienen un sueldo entre tres a cinco dólares americanos al mes se multipliquen los casinos, además, en una economía contraída.
¿Quién controla esto? ¿Cuánto facturan esos casinos?
Anunció que consignara ante la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional, una investigación sobre los casinos abiertos en un país con el Producto Interno Bruto (PIB) contraído y sumergido en la quiebra por culpa de la dictadura.
Reiteró que nadie se explica cómo se sostienen estas estructuras y recordó que Hugo Chávez dio la orden de cerrar los casinos en el país, porque según él estaban relacionados con actos de corrupción y lavado de dinero, “pero en este momento al parecer ya no lo están”, indicó.
Aseguró que Estados Unidos es vital en dicha investigación y una de las razones, es que en el mes de octubre se llevó a cabo en la ciudad de Las Vegas una feria en la cual asistieron representantes venezolanos que son los que les venden las máquinas presuntamente a la empresa de nombre Conami Electronica, C.A, resaltando que es la única autorizada para estos fines en el país.
Quiñonez afirmó que los resultados de la investigación serán llevados a organismos internacionales para que ponga la lupa en el país, “porque en Venezuela no hay Estado de derecho”.