El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega busca este domingo 7 de noviembre un cuarto mandato en unas cuestionadas elecciones contra varios candidatos poco conocidos, mientras los aspirantes con opciones reales permanecen en prisión.
La oposición ha pedido a los nicaragüenses que se queden en casa en protesta por un proceso electoral criticado de forma generalizada y que las potencias extranjeras consideran poco creíble.
Los comicios de este domingo determinarán quién ostenta la presidencia durante los próximos cinco años, además de 90 de los 92 escaños del congreso nacional y la representación nicaragüense en el Parlamento Centroamericano.
El Frente Sandinista de Ortega y sus aliados controlan el congreso y todas las instituciones del gobierno. Ortega sirvió un primer mandato como presidente entre 1985 y 1990, antes de regresar al poder en 2007. Hace poco declaró “copresidenta” a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
La policía detuvo en junio a siete posibles aspirantes a la presidencia por cargos que básicamente equivalían a traición. El día de las elecciones seguían detenidos. Otras dos docenas de líderes opositores fueron detenidos antes de la votación.
Los otros candidatos del domingo eran políticos poco conocidos de partidos menores considerados como afines al Frente Sandinista de Ortega.
Con pocas dudas sobre el resultado de las presidenciales, el interés se centraba ya en la respuesta internacional conforme Ortega intenta estrechar su control sobre el poder.
Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto sanciones contra el círculo interno de Ortega, pero la respuesta del gobierno fue detener a más opositores.
Un funcionario de alto rango del Departamento de Estado de Estados Unidos, que habló con la prensa bajo condición de anonimato, dijo que el gobierno estadounidense estaba dispuesto a considerar más sanciones dirigidas, pero había intentado evitar medidas que afectaran de forma más general al pueblo nicaragüense.
“Es muy difícil cuando tienes un gobierno que tiene objetivos muy mínimos que incluyen mantenerse en el poder a cualquier precio e ignora la voluntad de sus ciudadanos o las necesidades de los ciudadanos para retener ese poder”, dijo el funcionario.
La Organización de Estados Americanos ha condenado el encarcelamiento de prisioneros políticos en Nicaragua y su falta de voluntad por celebrar elecciones libres y justas, pero el gobierno de Ortega sólo ha arremetido contra la interferencia extranjera.
El organismo regional tenía previsto celebrar su asamblea general anual en Guatemala esta semana. Guatemala, Honduras y México están entre los siete países que se abstuvieron el mes pasado en la votación sobre una resolución de la OEA que condenaba la represión en Nicaragua.
Estaba previsto que las urnas en Nicaragua cerrasen a las 18:00 del domingo y el Consejo Electoral Supremo indicó que los primeros resultados parciales se publicarían en torno a la medianoche. El conteo provisional se esperaba para el lunes.
Las autoridades desplegaron unos 30.000 policías y soldados para asegurar la votación, según el gobierno.