Las muertes por coronavirus en Rusia alcanzaron este martes otro récord diario, cuatro días después de que entrase en vigencia un orden para que muchos rusos no acudieran a trabajar para frenar los contagios.
El equipo gubernamental de lucha contra el coronavirus reportó 39.008 casos nuevos y 1.178 muertes por COVID-19. El equipo ha reportado récords en los contagios o muertes diarias casi todos los días durante el último mes.
Para reducir la expansión del virus, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, impuso un periodo no laboral en todo el país entre el 30 de octubre y el 7 de noviembre.
Putin ha dicho que los gobiernos de regiones donde la situación es peor podrían añadir más días no laborables de ser necesario. La región de Novgorod fue la primera en hacerlo el lunes y amplió ese periodo en otra semana.
El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, restó importancia el martes a los rumores sobre que el periodo no laboral podría ampliarse para toda Rusia. Insistió en que los gobiernos regionales han recibido competencias para imponer sus propias medidas contra el virus.
Las muertes y contagios llevan semanas al alza en Rusia, donde hay una baja tasa de vacunación, un seguimiento poco estricto de las precauciones contra el virus y las autoridades son reacias a endurecer las restricciones. Menos del 35% de los casi 146 millones de rusos han completado su vacunación, a pesar de que Rusia autorizó una vacuna contra el COVID-19 desarrollada en el país meses antes que la mayoría de los países.
Putin describió el lunes la situación como “muy difícil”.
En total, el equipo ruso de lucha contra el coronavirus ha reportado casi 8,6 millones de casos confirmados de coronavirus y más de 240.000 muertes en la pandemia, de lejos la cifra más alta de Europa.
Sin embargo, los reportes del servicio estatal ruso de estadísticas Rosstat, que contabiliza de forma retroactiva las muertes asociadas al coronavirus, revelan una cifra de víctimas mucho mayor. Un reporte publicado la semana pasada indicaba que unas 462.000 personas con COVID-19 murieron entre abril de 2020 y septiembre de este año.
Las autoridades rusas han dicho que su equipo de trabajo sólo incluye las muertes en las que el COVID-19 fue la causa principal de muerte y emplea datos recopilados por centros médicos. Rosstat utiliza un criterio más amplio para contabilizar las muertes relacionadas con el virus y toma sus datos de las oficinas de registro civil donde se completa el proceso de registrar una muerte.