Los avances de la ciencia significan esperanza para muchas personas. Esto ocurre con Bernardeta, una mujer de 57 años que perdió la visión por una septicemia a los 41, y que ahora, gracias a los investigadores de la universidad Miguel Hernández de Elche, volvió a ver para reconocer letras y patrones.
Tenía 16 años sin poder ver nada, pero después del implante que se le ha instalado, el cual fue desarrollado por el grupo de Neuroingeniería Biomédica de la Universidad Miguel Hernández de Elche, y que consta de dos partes, una implantada en el cerebro, y otra sección externa; encontró la luz que anhelaba.
Según reseñó La Vanguardia, en el exterior se encuentra la retina artificial, situada en unas gafas convencionales, para captar el campo visual y transformarlo en impulsos eléctricos, tal como en una persona sin problemas visuales hace el cerebro para convertir esos estímulos en imágenes.
Cabe destacar que la pequeña placa colocada en la corteza cerebral, apenas tiene 4 milímetros de lado, con un centenar de micro electrodos de 1,5 milímetros de longitud.
Las conclusiones de los investigadores señalan que este avance no afecta la corteza cerebral, y aunque todavía en una fase inicial, representan un paso muy esperanzador porque indican que, después de muchos años de ceguera completa, el cerebro humano todavía es capaz de procesar información visual.