Un nuevo flujo de lava brotó el sábado del volcán en la isla española de La Palma, amenazando con extender más destrucción en la isla del Océano Atlántico, donde más de 1.000 construcciones ya han sido engullidas o dañadas gravemente por las corrientes de roca fundida.
El colapso parcial del cono volcánico durante la noche dio a luz a una nueva corriente de lava que comenzó a seguir un camino similar por la cresta Cumbre Vieja hacia la costa occidental de la isla, hasta el mar.
Las autoridades dijeron que el nuevo río de lava se encuentra dentro del área que fue evacuada apresuradamente después de la erupción del 19 de septiembre, cuando 6.000 residentes se vieron obligados a huir de sus hogares y granjas.
La policía permitió a los residentes cuyas casas ahora podrían estar en peligro hacer viajes para salvar lo que pudieran. Los camiones ingresaron vacíos a la zona de exclusión y regresaron con colchones, muebles y otras pertenencias.
El funcionario de rescate Miguel Ángel Morcuende dijo que los expertos estaban observando de cerca el delta de nueva roca que se estaba formando frente a la costa de la isla desde que el principal río de lava llegó al mar la semana pasada. Dijo que algunas partes podrían colapsar, provocando explosiones y grandes olas, pero que eso no representaría peligro porque la zona inmediata ya fue evacuada.
El aeropuerto de La Palma volvió a operar después de estar cerrado durante varios días debido a la ceniza volcánica.
La Palma, hogar de unas 85.000 personas, es parte de las Islas Canarias de España, un archipiélago volcánico al noroeste de la costa de África.