Entre agosto y septiembre, uno de los alimentos que más aumentó de precio en los comercios del país fue el queso blanco. Algunos atribuyeron el alza a la escasez de combustible, que afectó a los productores, ya que para operar la maquinaria agrícola el diésel es esencial. Otros apuntaron como causa el comportamiento de la cotización del dólar.
En todo el mes pasado, el dólar paralelo se incrementó 24%, una referencia clave para una economía que se maneja en moneda extranjera, impulsando el precio de bienes y servicios.
Un día antes de comenzar a aplicarse la nueva reconversión monetaria el 1 de octubre, el dólar en el mercado paralelo aumentó 13%, superando en apenas un día los 5 millones de bolívares (actualmente Bs 5 digitales), lo que parecía poner presión adicional en el costo de bienes y servicios. Sin embargo, pocos días después, el valor de la divisa retrocedió, regresando la cotización a Bs 4.
Lento ascenso de la divisa
La inflación en Venezuela es una situación en la que inciden múltiples factores y no sólo responde al incremento de la divisa paralela. De hecho, el precio de la moneda extranjera no ha experimentado un alza muy pronunciada a lo largo de 2021, o al menos no al ritmo pronosticado por los especialistas.
A comienzos de año, economistas vaticinaron que para diciembre la cotización podría superar los Bs 12 millones (Bs 12) o incluso, llegar a Bs 17 millones (Bs 17) por divisa. Pero durante el primer semestre el tipo de cambio en el mercado negro y el oficial se mantuvo rondando los Bs 3,1 millones. En agosto, el dólar paralelo apenas subió 2,5%, – para ese entonces resultó la menor variación mensual registrada en el año-, mientras que para la primera quincena de septiembre se elevó 0,33% -manteniéndose en el rango de los Bs 4 millones (Bs 4).
Pero el lento avance de la cotización no ha impedido que la inflación siga repuntando de manera sostenida dentro de la economía. La paridad no ha sido un indicador del incremento de los precios dolarizados en los comercios del país, que han seguido su ritmo ascendente a una velocidad muy superior.
Los precios del queso, por ejemplo, aumentaron cerca de 100% en bolívares entre agosto y septiembre. El costo de producto lácteo también mostró una variación significativa en dólares, a pesar de que la cotización no se elevó en la misma proporción.
Dolar controlado
La estabilidad del precio del dólar, durante gran parte de 2021, se debió a una política gubernamental que mezcló la quema de reservas internacionales -inyectando divisas a la banca nacional- y una política monetaria que mantuvo el encaje a la banca en 90%.
Los especialistas habían pronosticado que el tipo cambiario se ubicaría a finales de año entre Bs 12 millones (Bs 12) y Bs 17 millones (Bs 17). Pero a pesar del lento ascenso de la divisa, los precios en dólares de algunos alimentos se han disparado.
El Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda) sostiene que, en agosto, algunos factores que influyeron en el encarecimiento acelerado de los precios de los alimentos fueron la depreciación del bolívar frente al dólar y la escasez de gasolina y gasoil que, según la institución, golpeó más los últimos meses.
Los altos costos del combustible -que en mercado negro pueden estar entre $1 y $3 por litro-, añaden un impacto importante en la cadena de producción.
El Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (Invelecar) reportó que en agosto el queso blanco costaba $2,23 a puerta de corral, mientras que al 23 de septiembre se ubicó en $2,98. El litro de leche de vaca a puerta de corral también experimentó un aumento en ese mismo periodo, al pasar de $0,24 a $0,31.
No obstante, el comportamiento de los precios en los comercios de todo el país fue muy distinto. Los consumidores explican que ni siquiera por vivir en zonas productoras se salvan del aumento de los productos lácteos.
Conie Cortez, quien se dedica a la música y reside en el estado Guárico, cuenta que “cada día sube el queso blanco o llanero”. “Es por el tema de la gasolina”, dice. Ahora tiene que pagar casi el doble. Agrega que el litro de leche de vaca no pasteurizada se ha mantenido más o menos estable en Bs 2 (Bs. 2 millones antiguo cono), o el equivalente a unos $0,50.
“Pero el queso ha subido escandalosamente. Aquí está en 20 millones (Bs 20 actual cono), más de $4. Hace poco más de un mes estaba en 11 millones (Bs 11 actual cono)”, expresa Cortez en conversación con el diario El Tiempo.
Factores que inciden en la inflación
La población lleva casi cuatro años afectada por la hiperinflación, a pesar de que este indicador se desacelera. De acuerdo con datos de Ecoanalítica, este año la inflación pudiera cerrar en 1.060 % mucho más baja que la experimentada en 2020 (2.961 %).
Para 2022, la firma prevé que el indicador desacelere todavía más y se ubique en 263 %. Pero mientras eso sucede los precios de los alimentos siguen al alza y las familias se refugian en combos, que ofertan los establecimientos.
Giselle Amario es una de esas personas que ven una posibilidad en los combos que ofrecen las charcuterías, pero acota que en las últimas semanas éstos se han incrementado. Por ejemplo, hasta hace dos semanas pagaba $9 dólares por un combo que trae: 500gr de jamón de pavo, 500gr de queso amarillo, 500gr de queso paisa y 500gr de queso duro, pero ahora esa misma promoción se encuentra en $13.
El Cenda advierte que otros de los factores que impactan en el aumento de los alimentos es el riesgo de transportarlos y el alza en los costos del alimento para animales, lo que provoca un repunte en el valor monetario de los productos cárnicos y lácteos, que no se corresponde con la cotización de la divisa.
“Las constantes fallas de electricidad en el interior del país y las lluvias en gran parte del territorio nacional también impactan sobre todo el rubro de frutas y hortalizas”, indica el Cenda.
La crisis económica deja a su paso desempleo, pérdida de poder adquisitivo y cierre de empresas, lo que agrava la situación de las familias para hacerle frente al incremento de los bienes y servicios.
La última Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi) elaborada por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-Ucab) revela que 76% de la población está en pobreza extrema, mientras que 95 % es pobre por ingresos. Además, el estudio señala que 50 % de la población se encuentra en inactividad laboral.
Algunos han tenido que dejar el trabajo formal para buscar uno o más empleos por cuenta propia, que les permitan mayores ingresos. Por ejemplo, María Alejandra Sosa tiene un emprendimiento gastronómico y, anteriormente, repartía sus productos en bicicleta, pero con la llegada de la pandemia vio otra opción: dedicarse al reparto a domicilio. Ahora hace mercados para sus clientes, se los entrega y fusiona ambas cosas.
María Alejandra cuenta que busca las mejores ofertas para sus clientes. En Catia consiguió un lugar donde el kilo de queso blanco se ha mantenido en Bs 13 millones (Bs 13 actuales), mientras que en el mercado de Quinta Crespo ya se ubicaba en Bs 18 millones (Bs. 18 actuales).
El clima impacta en los precios
El presidente de Invelecar, Carlos Odoardo Albornoz, considera que el aumento del queso tiene que ver también con factores climatológicos.
Entre marzo y abril hay menor oferta de lácteos, debido a los meses de sequía que producen menos pastizales, lo que hace que el rebaño adelgace y que en esos meses esté en su peor forma. El gremialista recuerda también que 80% de este rubro que ahora consume el venezolano es queso, y sobre todo, del duro para rallar.
La temporada de sequía arranca a partir de noviembre-diciembre de allí y se mantiene hasta la primera quincena de abril, casi cinco meses en que la producción de lácteos baja por las condiciones climáticas. Luego entre junio y agosto se da un repunte en la producción gracias al ciclo norte-invierno, pero esa sobreproducción tampoco es aprovechada.
Albornoz explica que es demasiada producción para un país empobrecido, donde el consumidor no tiene poder adquisitivo para comprar en grandes cantidades. El especialista señala que entre junio y julio el precio de la leche y el queso alcanza su pico más alto.
“En mayo, junio y julio aumenta la producción, pasa de 3 millones y medio de litros de leche al día, a 7 millones. Cuando tienes ese rebote en apenas 60 días, te encuentras a una población sin recursos para acceder a los alimentos y el mercado se abarrota de manera natural, es decir, hay mucha oferta de leche, que el pueblo no consume o de queso”, resalta Albornoz.
El presidente de Invelecar señala que a partir de mayo se da un bajón en el precio de manera significativa y en muchos casos cae por debajo del dólar. Mientras que entre agosto y septiembre, cuando los pastos comienzan a degradarse, esto se regula y el rubro empieza a tener un valor promedio, que en el caso del queso es entre $2 y $2,50 por kilo.
En esa medida la tendencia global también muestra que los precios de los alimentos se dispararon casi 33 % en septiembre de 2021, en comparación con el mismo período del año anterior, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Algunos de los factores fue el aumento del precio del petróleo a nivel mundial y la escasez de mano de obra por la COVID-19.
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