Más allá del cambio de valor del dólar con respecto al bolívar, en el anuncio de este viernes del ministro de Planificación, Jorge Giordani, y el presidente del BCV, Nelson Merentes, uno de los aspectos que a muchos hizo levantar una ceja fue el recordatorio del precio de la gasolina, como uno de los productos de más bajo costo en el país, gracias a los esfuerzos del Gobierno nacional en su subsidio para facilitar a los venezolanos su adquisición.
La posibilidad de un aumento en el precio del combustible ha sido un tema prácticamente “tabú” para el actual Gobierno, no sin falta de razón si se recuerda que decisiones como esa fueron la causa de acaloradas manifestaciones durante la presidencia de Rafael Caldera, así como la chispa que encendió las protestas que desencadenaron “El Caracazo”, en febrero de 1989.
El profesor de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, José Guerra, recordó que en estos momentos el principal objetivo del Ejecutivo nacional es lograr cuadrar las cuentas fiscales, por cuanto el país presenta un déficit financiero cercano a los cincuenta mil millones de bolívares. Una situación que amerita la aplicación de medidas destinadas a garantizar efectivo de la forma más rápida posible.
Con la reciente devaluación de la moneda, así como el aumento del costo de la unidad tributaria, se espera que el Gobierno logre reunir por lo menos 80 mil millones de bolívares, con los cuales pueda mantenerse a flote económicamente por un espacio de seis meses.
El especialista considera que el objetivo del gobierno para reclamar efectivo este año, a diferencia del pasado cuando la devaluación se veía como una medida prácticamente inevitable, es la necesidad de costear el venidero proceso electoral municipal, ante el déficit registrado luego de los comicios presidenciales y regionales del año pasado. Una solución inmediata, pero que no resuelve el problema de fondo de la falta de recursos.
Entre las otras medidas que pudieran completar el plan del gobierno en materia fiscal, Guerra coincide con las tesis que proponen la posibilidad de aumento del Impuesto al Débito Bancario, que considera puede ubicarse ente 0,5% y 1%; además de un aumento del Impuesto Sobre La Renta, pero que solamente afecte a las grandes empresas.
Sin embargo, Guerra recordó que el incremento del combustible tiene un efecto negativo en el sector transporte, ello sin contar que el problema con el subsidio a la gasolina es tan grande que cualquier aumento podría resultar insuficiente. Por concepto del apoyo a la gasolina más barata, se estima que la pérdida para el país se ubica en 15 mil millones de dólares.
La causa de todo este problema, estima el catedrático, se encuentra en el mensaje repetido por todos los gobiernos de Venezuela donde se enfatiza que la gasolina debe ser barata porque el petróleo es de los venezolanos, sin embargo, el déficit financiero es inaguantable.
“Este gobierno en particular ha hecho mucha demagogia con el problema de la gasolina, antes cuando se aumentó lo criticaron hasta el cansancio, pero ahora le podría tocar a ellos tomar esta medida”.
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