«Como es arriba es abajo»
Antiguo dicho Hermético
«Toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia»
Arthur C. Clarke
Vivir en el mundo sin percatarse del significado del mismo es como deambular por una gran biblioteca sin tocar sus libros
The Secret Teachings of All Ages
El profesor Robert Langdon pudo distinguir la esbelta silueta del obelisco más grande del mundo, conocido en los alrededores cómo el obelisco egipcio de Norteamérica, la monolítica aguja del Monumento a Washington con su iluminada silueta contra el cielo como si de un mástil de barco se tratara.
Un poco más allá, sobre una meseta elevada, regiamente se yergue el edificio del Capitolio en el extremo oriental del National Mall que el diseñador de la ciudad Pierer l’Enfant describió como un <<pedestal a la espera de momento>>.
Mientras el profesor Robert Langdon subía por la escalera mecánica respiró fuertemente intentando ordenar sus pensamientos. Miró a la montañosa forma de la iluminada cúpula del Capitolio. Un edificio asombroso. En lo alto a 100 metros de altura, la Estatua de la Libertad oteaba la neblinosa oscuridad como un fantasmal centinela. A Langdon siempre le pareció irónico que la mano de obra que había transportado hasta el pedestal cada pieza de la estatua de bronce de 6 metros de altura, fueron esclavos. Un secreto del Capitolio qué rara vez incluían los programas de historia de enseñanza secundaria.
El edificio era un tesoro oculto repleto de misterios entre los cuales se hallaba una bañera asesina responsable del neumónico asesinato del vicepresidente Henry Wilson, también había una escalera con una mancha de sangre permanente sobre la cual una enorme cantidad de visitantes parecía tropezar y además había una cámara subterránea secreta en la que en 1930 unos empleados descubrieron el caballo disecado del General John Alexander Logan.
Sin embargo, la leyenda más perdurable era la de los 13 Fantasmas que rondaban por el edificio. Se decía qué el espíritu del diseñador Pierre l’Enfant deambulaba por los salones en busca de alguien que le pagara la factura vencida ya hacia 200 años. También podía verse el fantasma del obrero qué había caído de la cúpula del Capitolio durante su construcción, vagando por los pasillos y cargando herramientas. Y la aparición más famosa y avistada en numerosas ocasiones en el sótano del Capitolio, se refería a un gato negro que rondaba la inquietante y laberíntica subestructura de estrechos pasillos y cubículos.
No era secreto para nadie que Washington poseía una rica historia masónica. La piedra angular de ese mismo edificio había sido colocada en un ritual masónico por George Washington en persona. De hecho la ciudad había sido concebida y diseñada por maestros masones como George Washington, Ben Franklin, Pierre l’Enfant, mentes poderosas que adornaban la nueva capital de simbolismo, arquitectura y arte masónicos. En esa cúpula hay cuatro mil toneladas de hierro. Toda una hazaña sin precedentes del Ingenio arquitectónico americano de la década de 1850.
El profesor internamente sonrío y pensó ¿Qué dirían mis alumnos. si les dijera que la ciudad de Washington tiene más signos astrológicos en su arquitectura que ninguna otra ciudad del mundo, entiéndase: zodiacos, mapas celestes, piedras angulares colocadas en fecha y hora astrologicamente precisas? Recordó qué más de la mitad de los padres de la Constitución americana eran masones, hombres que creían firmemente que las estrellas y el destino estaban concatenados, individuos que prestaron gran atención al trazado de las estrellas a la hora de estructurar su nuevo mundo. También le dio por pensar en los 3 requisitos indispensables para considerar que una ideología sea religión: Prometer, Creer, Convertir.
Las religiones prometen la salvación, las religiones creen en una teología precisa y las religiones convierten a los no creyentes. La masonería, no obstante, da negativo en las tres situaciones. Los masones no prometen salvación, no tienen teología específica, y no quieren convertirte. De hecho en todas las logias masónicas las discusiones sobre religión están prohibidas. Concluyó que la tradición masónica de tolerancia y amplitud de miras, es encomiable. La masonería está abierta a personas de cualquier color y credo, y ofrece una fraternidad espiritual que no discrimina a nadie.
Recordó su cita en el museo. Al llegar a la puerta principal sintió la misma excitación de siempre al entrar en el Pentagruelico edificio donde nadie sabía que ese lugar estaba ahí.
A pesar de contar con más de una docena de enormes museos en el National Mall. La colección de la institución smithsonian era tan grande que solo un 2% podía ser exhibida al mismo tiempo el 98% restante tenía que ser almacenado en algún lugar y ese era el lugar.
El edificio alberga una diversidad de objetos asombrosamente variada: budas enormes, códices manuscritos dardos envenenados de Nueva Guinea, cuchillos con joyas incrustadas, un kayak hecho de barbas de ballena. Igual de alucinantes eran los tesoros naturales del edificio: esqueletos de plesiosaurios, una inestimable colección de meteoritos, un calamar gigante, y una colección de cráneos de elefante que había traído de un safari africano el propio Teddy Roosevelt.
Langdon observó el objeto en el suelo en donde los había visto muchas veces en el departamento de arte de Harvard. Modelos plásticos de tamaño natural qué escultores y pintores usaban para ayudarse a captar el atributo más complejo del cuerpo humano que por sorpresa no es la cara sino la mano. Al acercar la vista vio la sangre. La muñeca cercenada parecía haber sido ensartada en una base de madera para que se mantuviera en posición vertical. Vio que los dedos índice y pulgar habían sido decorados con unos pequeños tatuajes. Notó inmediatamente el anillo familiar de oro que lucía el dedo anular y entendió inmediatamente que se trataba de la mano cercenada del profesor y su amigo el científico Peter Solomon.
II
En los últimos 3 años Peter Salomón había sido el primero en llegar a la reunión semanal qué celebraban todos los domingos a las 7 de la tarde con su hermana la científica noética catering Salomón un ritual familiar privado como una forma de mantener el contacto ante el inicio de la nueva semana y para que Peter estuviera al corriente del trabajo de Catherine en el laboratorio.
La nave 5 tenia una atractivo especial como la mayoría de sus trabajos qué se centraron en cuantificar campos de energía hasta entonces desconocidos. Sus experimentos debían realizarse en un lugar aislado de cualquier radiación externa o ruido blanco, incluida interferencias tan sutiles como las radiaciones cerebrales, o las enmisiones de pensamiento generadas por personas que estuvieran cerca. Por ello un campus universitario o laboratorio de hospital, no servían, difícilmente podría haber hallado un lugar mejor que una nave desierta del SMSC o sea del museo Smithsoniano.
Conocido como la calle ese pasillo unía los cinco (5) gigantes con edificios de almacenaje. A 12 metros de altura, un sistema circulatorio de conductos de color naranja, era la pulsación de los miles de metros cúbicos de aire filtrado, como sangre, que lo recorrían. Durante el trayecto al laboratorio a casi medio kilómetro a la doctora la tranquilizaban los sonidos respiratorios del edificio. Tres años antes, su hermano Peter lo había recorrido con ella mostrándole con orgullo los objetos más inusuales que albergaba el edificio del SMSC.: el meteorito de Marte ALH-84001, el diario pictográfico manuscrito de Toro Sentado, una colección de tarro sellado con cera que contenía especímenes recolectados por el mismo Charles Darwin.
La Smithsonian se fundó para promover los conocimientos científicos, pensó la doctora, por eso estaba empezando a comprender el atractivo de la nave 5. Su laboratorio, al que apodaban el Cubo era un santuario oculto en las profundidades de la nave 5. Un laboratorio secreto en un museo secreto.
El cubo era una gran caja sin ventanas; todos y cada uno de los cm de las paredes interiores y el techo estaban cubiertos de plomo recubierto de titanio, por eso daba la impresión de ser una jaula gigante construida dentro de un recinto de cemento. Paneles de plexiglás rugoso separaban el espacio en distintos compartimientos: un laboratorio, sala de control, sala mecánica, cuarto de baño y una pequeña biblioteca de investigación.
En el estéril y brillante espacio de trabajo relucía el avanzado equipo cuantitativo: electroencefalógrafos, un peine de femto-segundos, una trampa magneto-óptica y unos REG de ruido electrónico cuántico indeterminado, más conocidos como generadores de eventos aleatorios.
A pesar de utilizar la tecnología más avanzada, los descubrimientos en el campo de la ciencia noética eran mucho más místicos que las frías máquinas de alta tecnología con los que las obtenía. La magia y el mito se iban convirtiendo en realidad a medida que los cosechaba con sorprendentes nuevos datos, todos los cuales confirmaban la ideología fundamental de la ciencia noética: <<el potencial sin explotar de la mente humana>>.
Las investigaciones que se llevaban a cabo en instalaciones como el Instituto de Ciencias Naturales(IONS) de California o el laboratorio de Investigación de Anomalías en Ingeniería de Princeton, (PEAR) habían demostrado definitivo que el pensamiento humano debidamente canalizado tenía la capacidad de afectar y modificar la masa física. No eran trucos de salón <<dobla cucharas>> Eran investigaciones altamente controladas que obtenían todas el mismo resultado extraordinario: nuestros pensamientos interactuan con el mundo físico y efectúan cambios a todos los niveles incluido el mundo subatómico, lo supiéramos o no. La mente sobre la materia.
En las horas siguientes a los horrorosos eventos del 11 de septiembre del 2001, el campo de la ciencia noética dio un gran salto adelante. Cuatro científicos descubrieron que cuando el dolor y el miedo, ante tal tragedia unió al mundo en duelo, los resultados de 37 generadores de eventos aleatorios repartidos por el mundo entero de pronto se volvieron notoriamente menos aleatorios. Por alguna razón la unicidad de esa experiencia compartida, generó la coalescencia de millones de mentes que habían aceptado la aleatoriedad de esas máquinas organizando sus resultados y obteniendo orden del caos.
El increíble descubrimiento tenía paralelismo con la antigua creencia espiritual en una conciencia cósmica una vasta coalescencia de intención humana capaz de interactuar con la mente física; estudios sobre la meditación y la oración recientes habían obtenido resultados similares en los generadores de eventos aleatorios avivando la afirmación de que la conciencia humana tal y como la escritora noética Lynne Mac Taggart la describía, era una sustancia exterior a los confines del cuerpo.; una energía altamente organizada capaz de modificar el mundo físico. A la doctora le había fascinado el libro el experimento de la intención así como su experimento global en internet, cuyo propósito era descubrir cómo la intención humana podía afectar el mundo.
La investigación de la doctora Salomón había dado un gran salto demostrando que el pensamiento canalizado podía influir literalmente en cualquier cosa: en el crecimiento de las plantas, en la dirección en la que un pez nada en la pecera, en la forma en la que las células se dividen en una placa de petri, en la sincronización de dos sistemas automatizados independientes o en las reacciones químicas del propio cuerpo. Incluso la estructura cristalina de un sólido en formación era mutable mediante la mente. Catherine había creado hermosos cristales de hielo simétricos enviando pensamientos positivos a un vaso de agua mientras se congelaba; curiosamente lo opuesto también era cierto, cuando enviaba pensamientos negativos y turbios, los cristales de hielo se congelaban formando estructuras caóticas y fracturadas.
Se puede perfectamente colegir que el pensamiento humano puede realmente transformar el mundo físico, lo que quiere decir que somos los dueños de nuestro propio universo y el ingrediente esencial, a la hora de crear nuestro universo, es la conciencia que lo observa. Ésta conciencia podría incrementarse mediante práctica. La intención es una habilidad adquirida, al igual que la meditación. Aprovechar el auténtico poder del pensamiento requería práctica y lo que era más importante, algunas personas nacían con mayor capacidad que otras. A lo largo de la historia alguna de esas personas se habían convertido en grandes maestros.
El eslabón perdido entre la ciencia moderna y el antiguo misticismo se podía observar en la biblioteca, esa pequeña sala de lectura constituida por dos sillas Morris, una mesa de madera, dos lámparas de pie, y una estantería de caoba con unos 500 libros; la mayoría de elllos tenían títulos como la conciencia cuántica, la nueva física o principios de ciencias neurales; por otro lado, los de su hermano Peter en cambio tenían títulos antiguos y esotéricos como el kybalión, el zohar, la danza de los maestos de Wu Li o una traducción de las tablillas sumerias del museo británico.
En resumen la clave de nuestro futuro científico se oculta en nuestro pasado; la doctora se puso a pensar en nombre lejanos como Ptolomeo, Pitágoras, o Hermes Trimegisto.
Los conocimientos científicos de los antiguos son asombrosos; hasta ahora la física moderna no ha empezado a comprenderlo todo. Los egipcios comprendieron el funcionamiento de las palancas y las poleas mucho antes de Newton y el trabajo de los primeros alquimistas está a la altura de la química moderna, pero la física de hoy trata con conceptos que parecieran haber sido inimaginables en la antigüedad por ejemplo la teoría del entrelazamiento; ya la investigación subatómica demostró categóricamente que toda la materia estaba interconectada, entrelazada en una única malla unificada, una especie de unicidad universal.
No bastante, el entrelazamiento estaba en el centro mismo de las creencias primigenias y sus nombres son tan antiguos como la propia historia: la Dharmacaya, Tao, Brahman. Siempre el anhelo espiritual más antiguo del ser humano era ser capaz de percibir su propio entrelazamiento, advertir su interconexión con todas las cosas. El ser humano siempre ha deseado ser uno con el universo, alcanzar la unión por el sacrificio. Todavía hoy en día judíos y cristianos siguen buscando la expiación aunque en su mayoría han olvidado que es la unión lo que buscan.
La doctora empezó a entender que su hermano era un erudito de la historia y de la interconexión entre los dos mundos: antiguos y modernos. Así que, por ejemplo la polaridad moderna no es otra cosa que el mundo dual descrito por Krishna en el Bhagavad Gita hace más de 2000 años, así como en el Kybalión, al hablar de sistemas binarios y fuerzas contrarias en la naturaleza.
Otro ejemplo son las escrituras sagradas del hinduismo los Upanishads con el que Shrödinger y Heisenberg estudiosos del texto, admitieron que los había ayudado a formular algunas de sus teorías.
Quizás el caso más sorprendente estaba en el libro. El zohar completo, el texto fundamental fundacional del primitivo misticismo judaico; un texto que antaño se creía tan potente que estaba reservado únicamente para los rabinos más eruditos. El texto como las ilustraciones esbozaban de forma inequívoca el mismo universo que anunciaba la moderna teoría de supercuerdas: un universo de 10 dimensiones y de cuerdas vibrantes. En el árbol de las sefirot, se observaba un diagrama que mostraba 10 círculos entrelazados. La verdad es poderosa y tiene su propia gravedad.
Los antiguos poseían un conocimiento científico profundo. La ciencia moderna no hacía tanto descubrimientos como redescubrimientos. Al parecer en la antigüedad la humanidad había alcanzado comprender la verdadera naturaleza del universo pero no la había retenido y se había olvidado de ella. La física moderna podia ayudar a recordarla.
Triste Dune era la única persona del mundo que tenía permitido la entrada al laboratorio de Catherine, siendo la analista de metasistemas, era esa científica brillante y pésima jugadora de poker y debía de ser la única especialista en metasistema del mundo que había construido módulos de traducción OCR en Frisio antiguo , Maek y Arcadio.
El Instituto de Ciencias no éticas de California describía el campo con un lenguaje arcano y abstruso definiéndolo como el estudio del acceso directo e inmediato al saber más allá de lo que está disponible para nuestros sentidos normales y el poder de la razón.
La palabra noética había descubierto Trish, deriva del griego antiguo nous que se podría traducir como conocimiento interior o conciencia intuitiva.
Un metasistema es una entidad única definida por la suma de sus partes; un ejemplo es el cuerpo humano, formado por millones de células individuales cada una con diferentes atributos y propósitos que no le impide funcionar como una entidad única, como una bandada de pájaros o un banco de peces moviéndose a la vez. Es lo que llaman convergencia o entrelazamiento.
Catherine emplazó a la colega de laboratorio; ¿Y si te dijera que un pensamiento en realidad tiene masa y que los pensamientos son cosas, entidades mensurables con masa cuantificable? ¿Cuáles serían las implicaciones? a lo que contestó la colega, quiere decir que si cada pensamiento tuviera masa entonces ejercería gravedad y podría atraer cosas hacia sí. Si eso sucede en masa, ese mismo pensamiento empezaría a fundirse en uno solo y la masa acumulativa de ese idea comenzaría a crecer y con ello aumentar asimismo su gravedad, lo que significa que sí suficientes personas empezarán a pensar lo mismo, la fuerza gravitacional de ese pensamiento se volvería tangible, ejerciendo una fuerza que podían tener un efecto cuantificable en nuestro mundo físico.«
III
Langdon se arrodillo para mirar mejor las puntas de los dedos pulgar e índice de Peter. Observó en El pulgar una corona, y en el índice, una estrella; reconoció el instante ambos símbolos, convirtiendo esa de por sí horrenda escena en algo sobrenatural. Esos dos símbolos habían aparecido juntos muchas veces en la historia y siempre en el mismo lugar, en la punta de los dedos de una mano. Era uno de los iconos más codiciados y esotéricos del mundo antiguo: <la mano de los misterios>.
La mano representa una invitación; en la antigüedad, la mano de los misterios igual representaba la más codiciada invitación. Recibir ese icono era una convocatoria sagrada para unirse a un grupo de élite, aquellos que custodiaban el saber secreto de todas las épocas. Esa invitación no era solo un gran honor también significaba que un maestro lo creía a uno merecedor del saber oculto, es decir, la mano del maestro tendida al iniciado.
Langdon seguía infiriendo. El secreto de los antiguos misterios es precristiano, tienen miles de años de antigüedad. Con frecuencia el profesor les recordaba a los alumnos que la mayoría de las religiones modernas incluyen historias que no pasarían un escrutinio científico: Moisés y la división de las aguas del mar Rojo o las gafas mágicas de Joseph Smith que había utilizado para traducir el libro del Mormón desde una serie de planchas de oro que había encontrado enterrada en el norte del estado de Nueva York. También pensó que la aceptación generalizada de una idea no es ninguna prueba de su validez.
Los antiguos misterios hacen referencia a un grupo de conocimientos secretos reunidos hace mucho tiempo; un aspecto intrigante de esos conocimientos es que permiten a sus practicantes acceder a poderosas habilidades (supuestamente) que permanecen latentes en la mente humana. Los maestros ilustrados que poseían esos conocimientos juraban mantenerlos alejados de las masas porque se consideraban demasiado poderosos y peligrosos para los no iniciados.
Los antiguos misterios siempre habían sido para Langdon la gran paradoja de su carrera académica. Prácticamente todas las tradiciones místicas de la tierra giraban en torno a la idea de que existía una sabiduría ancestral capaz de imbuir al ser humano de un poder místico casi divino; el Tarot y el I Ching daban al hombre la capacidad de ver el futuro; la alquimia daba inmortalidad mediante la legendaria piedra filosofal; la wicca permitía a sus practicantes avanzados llevar a cabo poderosos hechizos. La lista era interminable. Cómo historiador no podía negar la validez histórica de esas tradiciones. Gran cantidad de documentos, artefactos e ilustraciones, sugerían que en la antigüedad existía una poderosa sabiduría que únicamente se compartía mediante alegorías, mitos y símbolos, para que sólo los debidamente iniciados pudieran acceder a su poder. Langdon no estaba tan convencido. Todos los actos que ha llevado a cabo esta noche siguen a la perfección los protocolos ancestrales; la mano de los misterios, es una invitación Sagrada y por lo tanto ha de ser extendida en un lugar sagrado.
Langdon sabía que debía ser lo más conciso posible pues había dedicado semestre entero al simbolismo místico de Washington y solo en este edificio había un listado de referencias místicas inagotable. Entendió que Norteamérica tiene un pasado oculto.
Cada vez que daba clases de simbología de Norteamérica descubría que las auténticas intenciones de sus padres fundadores no tenían nada que ver con lo que proclamaban los políticos actuales. El destino que habían planeado para Norteamérica se había perdido en la historia.
Los fundadores de la ciudad inicialmente la llamaron Roma, a su río lo llamaron Tíber y eligieron una capital clásica repleta de panteones y templos todos adornados con imágenes de los grandes dioses de la historia: Apolo, Minerva, Venus, Helios, Vulcano, Júpiter. En su centro (al igual que muchas grandes ciudades clásicas) los fundadores levantaron un tributo perdurable a los antiguos, el obelisco egipcio. Es el obelisco más alto incluso que el del Cairo o el de Alejandría, que se eleva hasta los 170 m. más de 30 pisos, en homenaje al fundador semidiós de quién esa ciudad tomó su nuevo nombre Washington.
Ahora siglos después de la separación de iglesia y estado en Norteamérica, el edificio estatal seguía repleto de un simbolismo religioso ancestral. Había más de una docena de dioses en la Rotonda, más que en el propio panteón de Roma. Aunque, claro está, el panteón Romano había sido convertido al cristianismo en el año 609, nunca había sucedido lo mismo con ese otro panteón. Los vestigios de su historia verdadera seguían siendo evidentes a simple vista. Ésta rotonda fue diseñada como tributo a uno de los santuarios romanos más venerados el templo de Vesta. El mismo de las vírgenes vestales.
El templo de Vesta en Roma era circular y en el suelo había una abertura donde la hermandad de vírgenes se encargaba de mantener encendida la llama del Sagrado fuego.
Durante muchos años en el centro de esa sala había una gran abertura donde ahora está la mano de Peter, todavía se podían ver las marcas de las rejas que impedían que la gente cayera dentro. Un número de personas entre ellas famosos legisladores, cada día cruzaban la sala sin tener ni idea de que otrora se habrían precipitado a la cripta del Capitolio que estaba en el nivel inmediato inferior al suelo de la Rotonda. Se decidió cubrir el agujero durante un tiempo y quienes visitaban la Rotonda podía encontrar el fuego que arde adentro. Una llama eterna que ardía como una antorcha en la cripta qué hay abajo de la Rotonda del Capitolio. Era visible a través del agujero lo que convertía está sala en un moderno templo de vesta; este edificio tenía incluso su propia virgen vestal una empleada federal llamada guardiana de la cripta qué mantuvo la llama encendida durante 15 años, hasta que la política, la religión y los daños que causaba el humo extinguieron la idea.
La transformación del hombre en Dios se le llama apoteosis; ese tema de la transformación del hombre en Dios, es el elemento central del simbolismo de esta Rotonda. La palabra apoteosis significa literalmente transformación divina la del hombre que se convierte en Dios, viene del griego antiguo «apo» (convertirse) y «theos» (Dios), por eso la pintura más grande de este edificio se llama la apoteosis de Washington y en ella se representa claramente la transformación de George Washington en un Dios.
A la mayoría de la gente la apoteosis de Washington le resultaba extraña cuánto más la miraban. En el panel central Washington va señalando el centro de la cúpula vestido con una túnica blanca dónde lo atienden 13 doncellas y descansa sobre una nube sobre la que aciende por encima del hombre mortal Ese es el momento de la apoteosis y de su transformación en Dios.
La apoteosis de Washington Es un fresco de 433 m2 que decora el techo de la Rotonda del Capitolio fue completado en 1865 por Constantino Brumidi conocido como el Miguel Ángel del Capitolio. Brumidi había unido su nombre a la Rotonda del Capitolio del mismo modo que Miguel Ángel al de la Capilla Sixtina pintando un fresco en el lugar más elevado de la sala, el techo al igual que Miguel Ángel habían realizado alguna de sus mejores obras en el Vaticano. En 1852, decidió emigrar a Estados Unidos a favor del otro nuevo santuario, el Capitolio, ahora repleto de ejemplos de su maestría, desde el trampantojo de los corredores Brumidi al friso de la sala del vicepresidente.
En La apoteosis de Washington, George va vestido con una túnica blanca y lo atienden 13 doncellas y descansa sobre una nube por encima del hombre mortal Ese es el momento de su apoteosis, de su transformación en un Dios.
A un lado se pueden ver una serie de figuras anacrónicas que son los dioses de la antigüedad qué a su vez ofrecen a los padres fundadores su avanzada sabiduría; está Minerva inspirando la tecnología de los grandes inventores de Norteamérica Ben Franklin, Robert Fulton, Samuel Morse y Vulcano ayudándonos a construir un motor de vapor azulado y Neptuno qué nos muestra cómo tender un cable trasatlántico y junto a este se encuentra Ceres, Diosa de la agricultura y origen de la palabra Cereal sentada sobre una cosechadora McCormick El Avance en la agricultura que permitió a este país americano convertirse en líder mundial de producción de alimentos; la pintura retrata abiertamente a los padres fundadores recibiendo la sabiduría de los dioses. El saber es poder y el saber adecuado permite al hombre llevar a cabo tareas milagrosas casi divinas.
Continuará…
Marcantonio Faillace