#COLUMNA Soliloquios de café: Declaración de la ONU sobre los derechos de los campesinos… (Parte V) #29Ago

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Sobre la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales,” voy a emitir mi opinión recordando que soy un ser humano que tiene el derecho de ejercer el deber de errar, y a sabiendas que soy un ignorante político que no comparte algunas formas de manipular y soy un pésimo mentiroso que no soporta imposiciones y mucho menos injusticias, lo hago tomando como base mis experiencias, a través de cuarenta años y un poco más en defensa del sector más pobre y avasallado de la cadena de producción, las humildes familias caficultoras; de mis principios y valores, aprendidos en el seno de mi hogar paterno y en las sabías enseñanzas de grandes maestros y profesores, como lo fue el doctor en Derecho, especialista en materia penal, Pablo Shiossone, insigne abogado, juez de la República, quien me educó con la importancia de ser un buen ciudadano, respetando y acatando el Estamento Legal, en aquella catedra de bachillerato conocida como:

“Formación Social, Moral y Cívica.”

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A mi entender después del final de la II Guerra Mundial, comenzó la manipulación de los sistemas políticos. Descaradamente la política se metió en las economías de los países, estimo que teniendo la certeza que, la libertad y la felicidad de los seres humanos es directamente proporcional a la medida en la cual disponemos de los ingresos monetarios suficientes para cubrir nuestras necesidades; en la disposición del dinero necesario y suficiente para adquirir el tipo de vivienda que queramos y no la que nos den como la limosna de voto; el ingerir los alimentos indispensables para una buena salud o para satisfacer nuestros deseos; en nuestros ingresos monetarios está la capacidad para adquirir el vehículo que necesitamos o aquel que nos gusta; darle la educación a nuestros hijos en los mejores centros de enseñanzas; la oportunidad de viajar y de culturizarnos, de superarnos intelectualmente… etc., etc., etc.

Políticas hasta ahora desfasadas y fracasadas en todas las regiones donde se ha pretendido imponer, han venido manipulando las conciencias de los más necesitados, ideologizando su capacidad de análisis con promesas jamás cumplidas, a no ser parcialmente y en cantidades porcentuales insignificantes y que han traído las mayores desgracias a los pueblos que creyeron en las falsedades de seres peores que parásitos, que han llenado sus arcas y la de las personas cercanas, con inmensas e incuantificables corrupciones, robos, expropiaciones, confiscaciones, expoliaciones e incautaciones; con la destrucción del aparato productivo de las naciones, supuestamente, para crear la dependencia a los sistemas que imponen el oprobio.

Se creó una matriz de opinión, para mí, absurda, se satanizó la expansión industrial y se inculcó, la idea de que, la producción agro-pecuaria tenía que ser la cenicienta de la cadena de producción porque el pueblo necesitaba alimentos. Se inventó la ofensiva neoliberal satanizando al capital financiero, a la mercantilización y al financiamiento del sector agropecuario. Se apoyaron invasiones de propiedades, especialmente de unidades de producción agropecuaria sin importarles los capitales invertidos, y más allá, el tiempo dedicado por generaciones enteras que, con su trabajo, esfuerzo, tesón, perseverancia e inversión lograron que aquellos predios fuesen efectivos y eficientes, para que, cuando se ha impuesto la ley, alegar despojos, desalojos, aumento de la violencia y persecución, lo  cual ha tenido como resultado la destrucción de los sistemas de comercialización, la desaparición casi total de la industria, de los sistemas de distribución y aumento del desempleo, agravándose el hambre y la migración, la destrucción de la naturaleza y la contaminación.

Estamos al inicio de la cosecha de café, la cual tiene un lapso que comienza el 15 de septiembre y culmina a finales de febrero, teniendo su cúspide entre el 20-11 y el 10-12. Es un periodo en el cual se puede verificar la veracidad sobre la producción nacional que fue cuantificada, en el año 1998,por el “Fondo Nacional del café, FONCAFÉ, en 1.550.000 quintales, de los cuales consumíamos en el país, 950.000 quintales (cuando éramos aproximadamente 18.000.000 de venezolanos (ahora somos aproximadamente 25.000.000, si excluimos la diáspora) y exportábamos 600.000 quintales, cifras certificadas por la Organización Internacional del Café, ICO, instituto que nos ubicaba en el puesto número 22 en el ranquin de exportadores de la noble cereza y, por ahora, ni siquiera aparecemos en entre los 52 países que la conforman…

¿LA VERDAD?

Maximiliano Pérez Apóstol

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