La devaluación de la moneda oficial venezolana, el bolívar, mejorará las cuentas del Estado pero tendrá un impacto negativo en la inflación del país, que cerró en 20,1% en 2012 y es la más alta de la región, estimaron analistas.
«El gran ganador termina siendo el Estado, el ajuste cambiario permitirá reducir el valor en divisas de la deuda interna del Gobierno Central de 42.922 millones de dólares a 29.295 millones de dólares (un 31,7%)», indicó en un informe la firma Ecoanalítica.
Así, el Estado contará con más bolívares de los que recibe por las ventas de crudo, responsables del 96% de las divisas que recibe Venezuela.
Ya los analistas alertaban de lo urgente de la medida para atender desajustes en las cuentas públicas: déficit fiscal de 16% del PIB y deuda pública por encima de los 150.000 millones de dólares (cerca de 50% del PIB), según cifras de Ecoanalítica.
«Mejora las cuentas fiscales, los ingresos petroleros ahora reciben un impacto favorable en términos de bolívares», dijo a la AFP el economista Orlando Ochoa, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello.
Según los expertos, el efecto de la depreciación de la moneda local provocará un alza de los precios en el país suramericano, que depende enormemente de las importaciones, y que ya registra la inflación más alta de América Latina, con 20,1% en el año 2012.
«Tendremos un impacto inflacionario, todos los productos regulados y de la dieta básica tienen componentes importados y sufrirán ajustes de precios», dijo Ochoa.
«Por eso se ve la devaluación como una medida confiscatoria», señaló el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, que prevé en consecuencia una caída de 8% del poder adquisitivo de los venezolanos.
No obstante, la depreciación del bolívar trae algunos beneficios para el reducido sector de exportadores no petroleros, cuyos productos serán ligeramente más competitivos en los mercados extranjeros con la medida.
Además, el gobierno redujo de 70% a 60% la cuota de dólares que deben vender esas empresas al BCV.
Para el parlamentario oficialista Ricardo Sanguino, esos «estímulos» a las exportaciones ayudan a «ir sustituyendo el concepto de vivir de la renta petrolera para pasar a ser una economía productiva».
La depreciación del bolívar intenta también aliviar las fuertes presiones sobre el mercado cambiario, sujeto a un férreo control desde 2003, y que ha alimentado por años un mercado negro, cuyo valor es muy superior al oficial y no puede ser divulgado por ley.
Un nuevo Órgano Superior para la Optimización del Sistema Cambiario, manejado por el gobierno y el Banco Central (BCV), evaluará las prioridades de asignaciones de divisas, y, según Giordani, buscará controlar la inflación.
Pero según Ochoa, el nuevo organismo «va a trancar la oferta de divisas y va a reducir la oferta del mercado negro y eso aumentará» el precio del dólar en ese mercado, del que depende «al menos un tercio de los productos» en Venezuela.
Para este analista, «como el suministro de divisas continúa siendo escaso esta tarea de dilucidar cuáles son importaciones sensatas y cuáles no es una misión imposible». «Es el típico dilema del planificador socialista que llevó al fracaso en el siglo 20», añadió.
En la última década, el gobierno ha restringido cada vez más la entrega de divisas a los empresarios y la población, que deben realizar engorrosos trámites para obtenerlas a la tasa oficial ante el gobierno.
Paralelamente, PDVSA y el BCV han realizado traspasos a fondos especiales, que el gobierno utiliza para financiar programas sociales como la construcción de viviendas, y otros sectores, en perjuicio de la demanda del sector privado.
«Es un modelo cada vez más restrictivo (…) El Ejecutivo viene hablando de un presupuesto de divisas, de un monto justo, el tema justo es relativo, ¿qué es justo para ti?, ¿qué es prioritario?», criticó Oliveros en una entrevista con una televisora local.
Según Ochoa, se debe «bajar la inflación, estabilizar el mercado cambiario con más dólares de PDVSA, y eso significa reducir la política clientelar, las transferencias de PDVSA y el BCV a los fondos de donde salen los gastos para las elecciones».
Foto: Reuters