Surrealismo y realismo se confunden en Venezuela mediante una sensación inédita de fantasía, medias verdades, mentiras, justificaciones y atropellos, mezcladas con incertidumbre, carencias y necesidades.
En la nación existe un Presidente electo con los votos pero en la práctica no hay un primer mandatario dirigiendo los destinos del país, hecho inédito, inconstitucional y de orden verdaderamente fantástico.
La voz Hugo Chávez aparece cantando el Himno Nacional en los actos de posesión de los gobernadores oficialistas pero el hombre de carne y hueso sigue ausente en otra tierra llamada Cuba, sin conocerse de videos o fotos recientes que confirmen su existencia.
Quienes gobiernan actualmente la nación de Bolívar usan el nombre de él para hacer creer que el Presidente dirige al país desde esa isla donde permanece bajo prácticamente encarcelado por los Castro, dictadores quienes ahora también mandan sobre los venezolanos, en clara intromisión a la soberanía nacional.
Los voceros oficiales anuncian “partes médicos” sustentados en meras palabras, pretendiendo hacer creer al país que el Presidente está próximo a recuperarse, pero al mismo tiempo se muestran negados a dar pormenores y mucho menos una fecha precisa de su retorno, dando pie a medias verdades.
Su “firma digital” es tan perfecta que se acerca más a la mentira pero sirve para designar al Canciller y decretar dudosos y contradictorios actos de gobierno que atentan contra las normas constitucionales.
Justifican a cada instante su ausencia y el nombre Chávez se emplea para todos los usos, incluyendo las decisiones relacionadas con los próximos candidatos a concejales y alcaldes del partido Psuv.
Se atropella a los presos mediante una carnicería en Uribana, cárcel donde las balas y la represión se anteponen al diálogo y nada pasa porque los responsables son justificados desde el alto gobierno y siguen en sus cargos más atornillados que nunca.
Lo real es que Venezuela vive desabastecimiento alimentario al estilo de las naciones más pobres y la responsabilidad compete a quienes hoy gobiernan al país, más preocupados por la noticia de un diario español que por cubrir las necesidades de las familias venezolanas.
Lo evidente es que mientras domina la incertidumbre y las autoridades nacionales se empeñan en mantener vivo el tema Chávez, la dura realidad de desabastecimiento alimentario golpea en las narices de cada familia, acompañado de la gigantesca ola de inseguridad personal.
Ese realismo crudo y trágico, de notorias carencias, supera al país surrealista construido sobre la base mediática de “nación soberana”, la cual se desmorona porque cada vez más se extiende la dominación del Cuba, al punto que el Presidente sigue allá secuestrado en la isla antillana y acá, en suelo nacional, se hace lo que dicen Raúl y Fidel. Así sea poner a pasar necesidades al pueblo venezolano.
@exequiades