A principios del presente año el mundo del ciclismo regional y nacional celebró con gran júbilo el arribo a los cien años de edad de don Héctor Alvarado (@e.c.c.hectoralvarado). Hoy la alegría se transforma en profunda tristeza ante la infausta noticia del deceso de esta gloria del deporte nacional, acontecida el jueves 5 de agosto en esta ciudad.
Héctor Vinicio Alvarado nació el 26 de enero de 1921 en Barquisimeto. Su primer contacto con una bicicleta fue por necesidad, ya que se inició en el pedaleo como repartidor cuando apenas tenía 14 años, en una ciudad en la que solo unos años antes se había conocido ese novedoso medio de transporte.
El uso de la bicicleta lo ayudó primero a superar el asma, afección que lo aquejaba en sus años mozos y luego se transformó en fortaleza física que fue muy bien aprovechada en la práctica del deporte del pedal que lo ocuparía por el resto de su vida.
Se inició como pedalista deportivo en el Club Ciclístico El Diamante de Barquisimeto, lugar en el que conoció y compartió con destacadas personalidades del ciclismo tales como Teo Capriles, Carlos de la Madrid, Cosme Fernández, Pedro Aladé, por solo nombrar algunas de aquellas desaparecidas glorias del deporte que inspiraron al joven Alvarado.
Al poco tiempo de su ingreso, ya Héctor se perfilaba como una figura prometedora dentro del ciclismo e inician las giras para participar en competencias dentro y fuera del país. Cuentan como sus primeros éxitos los logros obtenidos en el campeonato de Las Antillas entre 1946 y 1948 y la medalla de bronce alcanzada en los panamericanos de Argentina en 1951.
De allí el ascenso del atleta fue vertiginoso con múltiples reconocimientos en diferentes latitudes, pero más allá del desempeño atlético, la pasión que lo acompañó durante toda su vida fue la enseñanza del deporte al cual se consagró.
El maestro Alvarado, como prefería ser llamado, es el fundador de la Escuela de Ciclismo del estado Lara, plantel a cuyo frente estuvo hasta donde sus fuerzas se lo permitieron y que se ubica en el velódromo bautizado con su nombre el 28 de mayo de 1971.
Don Héctor Alvarado deja hoy un extenso legado de generaciones de atletas formados desde hace más de cincuenta años, cruzada en la que estuvo acompañado por su esposa, doña Olga Purroy de Alvarado.
Fotos: Héctor Andres Segura
El mundo del ciclismo y del deporte en general tanto a nivel local como nacional, lamentan hoy profundamente la desaparición física del maestro Héctor Alvarado y su desaparición física ha sido motivo de múltiples manifestaciones de pesar a través de las redes sociales. Vaya desde Elimpulso.com nuestro más sentido pésame a su viuda, Olga Purroy de Alvarado, hijos, nietos, demás familiares y amigos.