El doctor Luis Izquiel, coordinador de la Comisión de Seguridad de la Mesa de la Unidad, abogado criminólogo, ofreció una conferencia en la sede del Colegio de Ingenieros del estado Lara, donde habló de la situación carcelaria del país, calificándola en primer lugar como “un total desastre”.
Expuso que la Constitución en el artículo 272 establece: “El Estado garantizará un sistema penitenciario que asegure la rehabilitación del interno o interna y el respeto a sus derechos humanos.
Para ello, los establecimientos penitenciarios contarán con el deporte y la recreación, funcionarán bajo la dirección de penitenciaristas profesionales con credenciales académicas universitarias.
Se regirán por una administración descentralizada, a cargo de los gobiernos estadales o municipales, pudiendo ser sometidos a modalidades de privatización…”
Y el artículo constitucional, “es violentado porque nada de lo que dice ahí se cumple”. Cree que las cárceles no pasan a mano de las gobernaciones, sobre todo, donde no son adeptos al chavismo, temiendo que sean superados en organización.
Se refirió al caso de Uribana, recordando que esa cárcel era una de las más hacinadas de toda Venezuela, con más de 2.000 personas privadas de libertad. Exhorta a la refacción de los centros penitenciarios y creación de nuevas estructuras que hospede a la población carcelaria, alrededor de 30 mil personas.
Recordó también la constante violencia que se vivía en Uribana y continúa sucediendo en el resto de reclusorios. Los conocidos coliseos dejan saldos fatales que empeoran la crisis carcelaria.
Lamentó que las cárceles sean dirigidas por un personal que no está capacitado para esa función.
Resaltó el fracaso de la Guardia Nacional como principal custodio de las prisiones, “cuando lo correcto es que sea un cuerpo civil debidamente capacitado en servicios penitenciarios el que actúe”, sostuvo el profesional de derecho.
Con relación a los “pranes” o autoridades entre los reclusos, manifestó que es una nueva modalidad de liderazgo en la población penal que surgió en este Gobierno y hasta los momentos no es corregida por el actual Ministerio a cargo de los centros de reclusión.
“Los pranes son el gobierno dentro de las cárceles y es lo peor que le pudo ocurrir al país porque todos sabemos cómo buena parte de los delitos son planeados desde las cárceles y es que tampoco bloquean las llamadas telefónicas en esos lugares; no hay control para el acceso de armas y de dinero”, agregó.
Por último, compartió la idea de que se construya una Escuela Nacional del Sistema Penitenciario a objeto de formar al personal para trabajar en los centros de prisión, carentes de una misión más humana y que rehabilite a los individuos de manera integral.
No comparte el hecho de que la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad una el modelo de la Policía Nacional con el trato que deben recibir las cárceles: “Son dos materias muy distintas que deben abordarse por expertos de cada área”.
