El congestionamiento vehicular se ha hecho parte del día a día del venezolano, por lo cual se hace cada vez mayor la lucha contra el reloj y las tareas rutinarias.
Un simple paseo puede convertirse en una tortura y es que para los barquisimetanos el centro de la ciudad se ha hecho imposible de frecuentar debido a su tráfico masivo.
Para los conductores de autobuses, su productividad se ha visto afectada debido a que anteriormente podían realizar hasta cinco vueltas de su itinerario y, en la actualidad, el tiempo sólo les alcanza para tres, afectando de esta manera sus ingresos diarios.
Uno de los conductores entrevistados explicó que específicamente en la calle 33 con carrera 22, la carga y descarga para abastecer los comercios asiáticos dificultan el paso, por cuanto no existe un mecanismo que regule el horario de esta actividad, realizándose incluso en las horas de mayor concentración vehicular.
Por otra parte, el chofer Ángel Rodríguez, explica que en su ruta desde El Ujano hasta el sector de San Francisco, el caos se genera por los vehículos particulares que se estacionan en uno de los canales, impidiendo que los autobuses puedan detenerse en sus paradas correspondientes.
Además, el transportista, quien realiza este oficio por más de cuatro años, asegura que desde el inicio de su trabajo los huecos y las condiciones de la vía permanecen en el mismo estado deplorable.
Para Adrián Lozada, cumplir con sus actividades laborales implica pasar hasta tres horas y media rodeado del tráfico y explica que el mayor embotellamiento ocurre en la carrera 19, donde comúnmente se producen manifestaciones que empeoran la situación.
Igualmente, considera que las condiciones de la vialidad, entorpecen el desarrollo normal de los autobuses como por ejemplo, la parada improvisada que se encuentra en la carrera 19 con calle 43.
Los entrevistados coinciden en que la venta de frutas y otros artículos a los lados de la calle, propician el desorden y originan el caos. El tráfico no sólo reduce su productividad, además, los expone ante la inseguridad pues continuamente los maleantes suben a las unidades de transporte, cuando se encuentran detenidas por el tráfico.