Las autoridades de Oregon, al sur de Estados Unidos, pidieron ayuda de fuera de la región para hacer frente al riesgo de tormentas eléctricas, que podrían provocar nuevos incendios mientras el estado sigue combatiendo un enorme fuego.
El incendio de Bootleg, que abarcaba 1.391 de kilómetros cuadrados (537 millas cuadradas), ardía 483 kilómetros (300 millas) al sureste de Portland, en el Bosque Nacional de Fremont-Winema y sus alrededores. La zona es una extensión de bosques antiguos, lagos y zonas protegidas. Las evacuaciones y los daños a la propiedad han sido mínimos en comparación con fuegos mucho menores en zonas más pobladas de California.
Pero ante el rápido crecimiento del incendio, alimentado por una climatología extrema, las autoridades del Bosque Nacional Rogue River-Siskiyou, en el sureste de Oregon, pidieron que se preparasen más equipos de fuera por si se producían incendios en la zona.
Al menos 2.000 viviendas han sido evacuadas y 5.000 se han visto amenazadas por el incendio en algún momento. El fuego ha devorado al menos 70 casas y más de 100 estructuras. Una densa humareda cubre la zona, donde residentes, fauna y flora han sufrido meses de sequía y un calor extremo. Nadie ha muerto en el incendio.
La sequedad y las olas de calor asociadas al cambio climático han complicado la lucha contra los incendios. El cambio climático ha hecho el oeste de Estados Unidos mucho más cálido y seco en los últimos 30 años, y seguirá fomentando un tiempo extremo con incendios más frecuentes y destructivos.