Un nuevo primer ministro que cuenta con el respaldo de importantes diplomáticos internacionales tomará las riendas del gobierno de Haití, informó un funcionario el lunes, medida que aparentemente pretende evitar una lucha por el poder tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse.
Ariel Henry, a quien Moïse designó primer ministro antes de su asesinato, pero que nunca rindió juramento, reemplazará al primer ministro interino Claude Joseph, le dijo el ministro de Asuntos Electorales, Mathias Pierre, a The Associated Press.
De momento se desconoce qué tan pronto dejará el cargo Joseph, quien ha estado al frente del gobierno haitiano con el apoyo de la policía y el ejército desde el asesinato de Moïse el 7 de julio.
“Las negociaciones continúan”, comentó Pierre, y añadió que Joseph regresaría a ocupar el cargo de ministro de Asuntos Internacionales. Joseph no comentó de inmediato.
En una grabación de audio, Henry se refirió a sí mismo como primer ministro e hizo un llamado a la unidad, señalando que pronto anunciaría a los miembros de lo que dijo será un gobierno provisional consensuado para dirigir al país hasta que se realicen nuevas elecciones.
“Quiero felicitar al pueblo haitiano que ha demostrado madurez política ante lo que puede considerarse un golpe de Estado… Nuestros hermanos haitianos le dieron una oportunidad a la paz y dejaron abierta la posibilidad de que algún día se reinstituya la verdad”, comentó Henry.
“Ahora depende de los líderes nacionales caminar juntos en unidad, hacia el mismo objetivo, de demostrar que son responsables”, añadió.
El cambio político siguió a un comunicado el sábado de un grupo de diplomáticos internacionales en el que parecían desairar a Joseph y pedir la creación de “un gobierno por consenso e inclusivo”.
“Con este fin, alienta firmemente al primer ministro designado Ariel Henry a continuar la misión que se le confió para formar ese gobierno”, indicó el comunicado del llamado Core Group.
El grupo está compuesto por embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Francia y la Unión Europea, así como por representantes de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados Americanos.
La ONU difundió un comunicado el lunes en el que llama a Joseph, a Henry y a otros participantes nacionales a “dejar de lado sus diferencias y entablar un diálogo constructivo con el objetivo de poner fin al estancamiento actual”.
La ONU añadió que Joseph y Henry lograron avances significativos en la última semana y que apoya un diálogo para encontrar “un mínimo de consenso” para la celebración de elecciones presidenciales y legislativas imparciales.
Monique Clesca, escritora, activista y exfuncionaria de la ONU, señaló que no anticipa grandes cambios con Henry, de quien espera que continúe con el legado de Moïse. Advirtió, sin embargo, que podría haber la percepción de que Henry está parcializado debido al respaldo internacional que ha recibido antes de que asuma el poder.
“No hay sólo una percepción, sino la realidad de que la comunidad internacional lo puso allí, y creo que eso será una carga que él tendrá que sobrellevar”, declaró.
“Lo que queremos es que los haitianos realmente digan que esto es inaceptable. No queremos que la comunidad internacional diga quién debería estar en el poder y qué debería hacerse. Eso nos corresponde a nosotros”, agregó.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el lunes que el gobierno del presidente Joe Biden “recibe con beneplácito los reportes de que los actores políticos en Haití trabajan juntos para determinar el camino del país hacia adelante”.
“Durante varios días hemos alentado a los actores políticos de Haití a trabajar juntos para encontrar una solución política”, subrayó.
Previamente, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, señaló que el país seguiría trabajando con Joseph después de resaltar que era el titular del cargo y se desempeñaba en el puesto de primer ministro interino antes del magnicidio.